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Parece que el hado había escrito en el gran libro del destino que todo contiene que la –quizá- Cuadra más poderosa del mundo, Godolphin, obtuviera su centésima victoria en un Grupo/Grado 1 el sábado 16 de agosto de 2003, teniendo como escenario el hipódromo de Arlington, en la americana ciudad de Chicago. Mejores opciones habían dejado pasar los caballos “azul Real” para lograr tal hito porque la Arlington Million –carrera en la que se produciría el acontecimiento- no parecía apropiada para un animal como SULAMANI cuyo espectacular remate requiere mayor metraje y una línea recta más larga. Pero nada puede el humano contra el destino…

La inesperada noticia que Godolphin ofrecía en su página Web, días atrás, referida a la probable participación de SULAMANI en la Arlington Million causaba no poca sorpresa al mundo turfístico mundial. Y lo que –en un principio- parecía un afán desmedido de sus responsables por ganar “a como diera lugar” y más pronto que tarde ese famoso Grupo/Grado 1 número 100 que parecía estar poniendo plomo en las patas de todos sus efectivos, tenía una explicación lógica horas antes de disputarse la carrera: SULAMANI correría con laxis. ¡Acabáramos! Así se clarificaba por qué hacían correr inopinadamente al hijo de Hernando en USA en distancia y pista inadecuadas, trastocando un programa que hace meses se daba por seguro –P. Foy y Arco- y asumiendo una cierta disminución de categoría, la existente entre un Grupo 1 y un Grado 1, enfrentando un campo de menor calidad.

Todos los datos negativos –incluido el poco favorable cajón número 1- con los que SULAMANI debería bregar la –para nosotros- noche del sábado, junto a la presencia en la carrera del “ex europeo” STORMING HOME -que venía de ganar un Grado 1 en esos lares-, terminaban por hacer mella en los aficionados asistentes al evento que se inclinaron por la probabilidad de este último.

La Ley del turf se iba a dictar en la pista. Conducido el lote a un paso vivísimo –asombrosa táctica- por BEAUCHAMP PILOT, con STORMING HOME bien colocado cerca y SULAMANI en la retaguardia, se va acercando el lote a la última curva, observándose cómo Flores saca a SULAMANI por todo el exterior y comienza su ataque desde los últimos lugares, mientras –ya en la recta- es STORMING HOME el que se destaca del resto, con claro aire de ganador, resistiendo con buen estilo los ataques que le presentan PAOLINI y KAIETEUR –que galopan muy parejos- y SULAMANI que terminando fortísimo va a poner de acuerdo a ambos pero no va a llegar a superar a STORMING HOME, a escasos quince metros de cruzar la meta el primero. Hasta ese punto exacto la lógica del turf se hacía efectiva: formaban la gemela los que debían y en su orden. Nadie contaba pues con el destino quién, en forma aún por dilucidar, impedía la victoria del que la consiguió en buena lid al escorarse éste aparatosamente hacia su derecha, galopando de lado y pasando por delante de sus tres perseguidores, molestándolos a todos, para terminar tirando a su jockey justo al pasar la línea de meta. Hay quién se pregunta si el dramático cambio de línea del ganador puede atribuirse a que un fotógrafo malintencionado disparara su flash en el preciso momento en que pasaba STORMING HOME, asustándole. Francamente, eso no pasa de ser una especulación no exenta de ciertas dosis de malicia porque en la toma de la prueba no se aprecia tal circunstancia. Otros dicen que el caballo se asustó de los carteles que figuran al lado del poste o incluso de un trozo de raya roja con que están pintados los palos justo en ese tramo. Quién sabe. Algo parece que podría haberle ocurrido al hijo de Machiavellian en ese lugar concreto pues cuentan que en un entrenamiento hace unos días se paró al llegar a esa misma altura y sabida es la memoria de los equinos.

El resultado es ya conocido: distanciamiento de STORMING HOME del primero al cuarto puesto, quedando SULAMANI primero, con PAOLINI y KAIETEUR empatados para el segundo puesto y cuarto, el infractor. Vean: cuando ocurrió el incidente, SULAMANI estaba a medio cuerpo de STORMING HOME pero, a pesar de lo fuerte que aquel remataba, la inminencia de la línea nunca le habría permitido superarle. Con mayor razón es evidente que ni PAOLINI ni KAIETEUR habrían podido mejorar las posiciones alcanzadas en ese punto. De dónde se puede deducir, sin temor a errar, que el distanciamiento es legal pero injusto. Se produce la falta pero, a mi juicio, en nada altera el resultado. Pero ni modo. El destino tenía marcado que ese sería el Grupo/Grado 1 número 100 para Godolphin, aunque para hacerlo efectivo hubiera de recurrir a procedimientos tan alambicados.

Excelente performance de STORMING HOME, empañada por esos metros finales tan dramáticos que –al Cielo gracias- no han tenido mayor incidencia sobre la salud de Gary Stevens que una clavícula rota. Mejora también mucho SULAMANI, acercándose mucho más su remate al que todos recordamos como excepcional, debidamente ayudado por el laxis, sustancia que ha de faltarle en Octubre en París, al declarar sus responsables que sigue siendo el Arco su principal objetivo, cosa que francamente no creeremos hasta no verlo. También aluden como posibles próximas tarjetas el Man O´War Stakes y a la Breeders’ Classic. Algo me dice que será en América y no en París dónde el ex Niarchos prosiga su programa.

Y muy buenas también las carreras tanto de PAOLINI como de KAIETEUR, especialmente la de este último que realiza una de las mejores performances de su vida. Mal el resto de europeos.

Las entregas de trofeos y los honores tributados a los Godolphin allí presentes se vieron enmarcados por un abucheo generalizado, producto de la lógica rabia que el apostante sentía ante la decisión adoptada por los comisarios. No puede decirse que los azules hubieran escogido todas esas negativas circunstancias como marco de su centésimo Grupo/Grado 1, un hito sensacional logrado en escasos diez años de competición en las cuatro partes del mundo. Así lo hacía ver Simon Crisford que reconocía la superioridad del ganador y su descontento de que el tan ansiado centenario llegara en tan penosas circunstancias. No obstante lo cual, que les quiten lo bailado. Crisford terminaba su alocución con una frase que ustedes mismos pueden juzgar: “Es muy difícil lograr ganar un Grupo 1. No se cogen de los árboles como si fueran manzanas. Hay que trabajar para obtenerlos.” Preclara e inteligente sentencia. Y, por emitirla, le pagan.

Todos los datos relativos a las cien victorias en carreras de la máxima entidad logradas por los Godolphin vienen especificados en su página web, aunque sigo sin comprender por qué LAMMTARRA forma parte de este record, pues nunca corrió –que yo sepa- con los colores azules y por más que fuera propiedad de uno de los componentes del conglomerado azul, no lo era propiamente de Godolphin. De modo que, en puridad, aún no han llegado a los cien Grupos/grados 1.