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- 11/07/25
A casi 250 años de Diomed, Epsom sigue siendo una pradera de sueños
por Jorge de Miguel Una curiosidad del hipódromo de Epsom en su diseño moderno es que el Winner’s Enclosure se reserva sólo al caballo ganador, no tiene espacios adicionales para los colocados como suele ser habitual. Así que el segundo, tercero y cuarto clasificados tienen su poste de recepción… en la propia pista, pocos metros después de pasada la meta, y también es en esa zona donde desmontan todos los jockeys participantes y explican a entrenador y propietarios las vicisitudes de la carrera. Esta particularidad transporta mentalmente a épocas antiguas, no vividas, en las que los hipódromos tenían una mayor parte de pradera y de simplificación en el deporte como aquella en la que Diomed venció en la primera edición de esta carrera, en 1780. El privilegio de poder ver de cerca, a pie de pista, a pocos metros del célebre poste de madera de Epsom del que hablaba Federico Tesio, las siempre juiciosas y bien habladas explicaciones de los jinetes participantes, es uno de los mayores placeres que puede dar a día de hoy este deporte. Desde el extremo de la posible frustración de los aristócratas de este deporte a ver a su caballo batido in extremis en toda una clásica, y siendo favorito, al júbilo imparable de una multipropiedad por colocarse en el Dash Stakes con un 50/1, y el arrobo y reverencia con el que se escucha al jockey, en ocasiones una jocketta de peso liviano y veintipocos años, que se explica como un licenciado de Oxford, y a la que se atiende como a una Diosa… que es lo que es cualquier jockey que se sube a un caballo y disputa una línea recta como ésta, con pronunciada bajada al principio y pista en cuesta de derecha a izquierda. Son héroes del Olimpo de las carreras, todos ellos. Y sí, el Derby 2025 lo ganó O’Brien, de forma casi ineludible, incluso contando con dos de los caballos más comentados durante todo el invierno y fallando ambos sin paliativos incluso antes de haber bajado Tattenham Corner, la curva en la que siempre está presente el espíritu libertario de Emily Davidson. Pero ahí estaban Lambourn y Wayne Lordan para salvar los muebles y seguir poniendo esta carrera como un coto casi privado de estos irlandeses: tres victorias seguidas, cinco de las últimas siete y nueve de las últimas catorce. La primera llegó con el mítico Galileo y su victoria por tres cuerpos sobre el ganador de las 2000 Guineas Golan. No hacía demasiados años que el hipódromo había cambiado radicalmente su fisonomía: el paddock de presentación había estado demasiado lejos, a unos 200 metros pasada la meta, en la zona donde ahora se ubican los establos. También el año de Galileo hacía muy poquitos años, menos de un lustro del cambio en el día de disputa de la carrera, del tradicional primer miércoles de junio al primer sábado, mucho más acorde a la sociedad del espectáculo. GEMELA BALLYDOYLE EN EL OAKS Y O’BRIEN Y MOORE SIGUEN SUMANDO Minnie Hauk venció en el Oaks en la víspera del Derby y su entrenador Aidan O’Brien suma ya 11 victorias en la clásica de las yeguas mediofondistas. La hija de Frankel y Multilingual, criada por B.V. Sangster, tuvo a una servicial puntera en su compañera de establo –que no de colores- Whirl, que fue a la única yegua a la que vio en la recta final. A mitad de dicha recta esta hija de Wootton Bassett se rehízo de que su compañera la adelantara y pareció poder volver a remontarla, cosa que no consiguió por muy poco, perdiendo la victoria en la meta por escasamente medio cuerpo.
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