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Hipódromo - 29/03/01
Walker: para qué andar, si se puede volar
Un aprendiz de 15 años, hace historia en Nueva Zelanda
Nueva Zelanda La profesión de jockey es de difícil dominio, de forma que si las lesiones respetan, muchos jockeys veteranos alcanzan a impartir su magisterio en vivo y en directo, a todo el que quiera aprender: para tratar de paliar la desventaja en experiencia que dificultaría enormemente el acceso a la profesión de los jóvenes, se establece que los “aprendices” se beneficien de un descargo en el peso que no solo les haga ganar carreras; sino que previamente induzca a los preparadores a otorgarles un mínimo grado de confianza en sus resultados que pueda compensarles del riesgo, no sólo de perder carreras teóricamente ganadas, sino de que incluso algún caballo pueda resultar malogrado.
Todas las barreras que la experiencia ha demostrado reiteradamente que son algo más que meros convencionalismos cuando se considera la necesidad de cumplir un buen y prolongado aprendizaje, para llegar a ser alguien en la profesión, han quedado por los suelos en Nueva Zelanda, un país que cabe considerar potente dentro del concierto de las carreras internacionales.
Allí, un chaval que no cumplirá los 17 años hasta el próximo abril, se ha permitido ganar a los profesionales la última estadística anual, tras sumar 131 victorias. La hazaña del mozalbete, de nombre Michael Walker, es todavía más meritoria si se considera que era, además, su primera temporada montando.
En este tránsito por quemar etapas rápidamente, Walker ha montado ya en esta temporada su primer ganador de Grupo 1, al vencer con Smiling Like en la Wellington Cup. Sus opciones de volver a vencer nuevamente en la estadística de esta temporada son máximas. Sólo hay que esperar el término de la misma, que como todas las celebradas en el Hemisferio Sur tendrá su conclusión en el mes de Junio.
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