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- 27/09/24
ÚLTIMAS JORNADAS EN ALEMANIA
Visitas a Dortmund y Colonia para el St. Leger y Preis von Europa
Acceso diario a los ganadores y videos de las carreras más importantes de Alemania Desde Dortmund y Hamburgo por Rodrigo García Bergareche A lo largo de los últimos días ha habido dos buenas jornadas de carreras por tierras germanas, las últimas en mi haber. La despedida empieza en Dortmund el domingo 15 de Septiembre con la disputa del St. Leger alemán, categorizado como Grupo III. El día se encuadra dentro de un gran fin de semana para el aficionado, con carreras de clase mundial en cuatro países distintos, además de la vuelta de las carreras a Madrid para el seguidor nacional. Se correrá el Irish Champion Stakes, el St. Leger inglés, el alemán, las preparatorias del Arco y el Vermeille, además del Benítez de Lugo. Así, el día anterior deja una de las mejores llegadas en lo que va de año, con la pelea cabeza con cabeza de Economics, el potro de William Haggas montado por Tom Marquand, y Auguste Rodin, el cuatro años de O’Brien a las manos de Ryan Moore, saliendo vencedor el primero en un derroche de espíritu competitivo. Tan sólo quince minutos más tarde habrá otra definición reñida entre dos ejemplares del maestro de Ballydoyle, en la que se impone Jan Brueghel, montado por Sean Levey -gran jockey sin tanto nombre-, a Illinois. El domingo llegan las carreras en directo, esta vez en el hipódromo de Dortmund Wambel, al que ya ha llegado el otoño. Atrás queda ese calor pastoso de Junio, hoy el día está cubierto, hay una brisa que a ratos acuchilla y el suelo del paddock ya está lleno de avellanas, que van cayendo una tras otra de los enormes árboles que lo adornan.
Empezamos con la clásica carrera para ganadores de menos de 1.250€ en el año, sobre 1400 metros. Me llama la atención un debutante alazán de gran presencia, Bomaro, quien algo pelea, pero obviamente paga el debut. Sin embargo, quien de verdad paga la inexperiencia es Anna van de Troost, desmontada en la recta por su potra, Ladytwosocks. Gana la favorita, Emily, de azul con círculo rojo, conducida por René Piechulek, pasando fácil desde el medio del paquete. La segunda es otra carrera de noveles, esta vez dos años en la milla. Tampoco hay sorpresas y se impone con mucha autoridad Lifetimes, de blanco con mangas rojas (una sobriedad cromática que llama la atención en este país). Se intuye lo que va a suceder cuando Murzabayev, su montura, mira relajado un par de veces por encima del hombro, nunca mejor dicho, y se va a ganar casi sin querer por diez cuerpos. En cuanto a los hándicaps, empiezan en la tercera carrera, con una clase E sobre los 1800 metros. Antes de empezar no me puede dejar de sorprender lo que ocurre con Mahanadi, un caballo que está mostrando un gran nerviosismo y al que por ello meten en una estancia junto a los ensilladeros, donde se monta su jocketta, Stefanie Koyuncu y vuelven a salir al paddock. También reconozco en los colores de No Stopping Her, los de la cuadra Canarias (As de Oros), de azul con mangas y corra amarillas y estrellas blancas. Se impondrá el 6, Luitpold de verde y amarillo con gorra roja, quien se encuentra con un hueco tremendo por el carril uno después de haber esperado en el medio del paquete toda la carrera y gana por un cuerpo a su benefactor, Synonymous, corriendo en cabeza. Cierra el trío el revoltoso Mahanadi, llegando desde atrás por fuera. Tras esta carrera se corre el Foy en Longchamp, donde gana el siempre cumplidor Iresine. No podrá ir al Arco por ser castrado, asunto que está generando todo tipo de opiniones en las últimas semanas. Las pruebas “de compensación”, como traducen el término inglés, no vuelven hasta la sexta, esta vez en el doble kilómetro para una clase D. Al inicio de la recta se forma un bonito muro de caballos peleando su opción que se va haciendo jirones. Siempre tiene que decantar alguien la balanza a su favor en el poste, siendo el top de la escala Nita, de azul con franja horizontal amarilla, quien vence por un cuerpo. La siguiente es el hándicap que he elegido para estudiar, una clase E con lo mejor de cada casa en un sprint sobre 1200. La baza elegida es Maid of Dragon, a la que vi correr aquí en Junio. Es una ultra especialista en Curse and Distance, como dicen los ingleses y hace unos meses le puso las cosas difíciles al ganador, caballo que desde entonces ha subido 6 kilos en la escala. Sin embargo, galopa incómoda todo el recorrido y se muestra plana. Gana Powerstone, de blanco con un silbato estampado y mangas amarillas, viniendo desde atrás con una gran monta del veterano Adrie de Vries. También corredor aquella vez, por esa época no andaba muy afinado, a pesar de ello, se ha ido entonando para ganar hoy su segundo hándicap. La gemela la cierra Maidstone. Llevaba a ambos en gemela con la base, pero no entre ellos, lo que siempre genera escozor. Momentos antes de este hándicap, se corría el Niel en París, carrera en la que decepciona el hasta ahora favorito para el primer domingo de Octubre, Look de Vega, y de la que sale Sosie como primera opción. La última carrera es otro hándicap en la milla en el que veo como un conocido, Nolito, quizás el caballo al que más he visto repetir, sale en punta como es habitual, esta vez para ser tercero. Gana el 7, Golden Heart, de rojo con flor de lis dorada, galopando siempre al acecho. Luchan ambos toda la recta, además de Crefelder, que se une desde el fondo en el último furlong, de nuevo con De Vries, y, a pesar de que viene con aires ganadores, es sostenido por el ganador a un cuerpo. Algo menos de dos horas antes de la despedida se había corrido el St. Leger alemán, precedido de una prueba de venta con una bonita llegada, augurio de lo que va a pasar más tarde. Completa su doblete Piechulek sobre Lady Sahara, de negro con franja diagonal roja y celeste, con mangas y gorra del mismo color. Doblega al puntero, Chava, en lucha numantina hasta el poste, donde pierde también la plata en favor de Sympathie, bajo un frustrado Michael Cadedu, a una nariz de Lady Sahara. No obstante, antes de pasar a la prueba cumbre de Dortmund, me gustaría hacer mención a otra lucha numantina, la de Bluestocking en el Vermeille, algo después del St. Leger. Batida a los 200, vuelve para imponerse por un cuerpo y ganarse el reenganche para el Arco. Como suele ocurrir en Alemania cada vez que se corre una buena carrera, hay una serie de visitantes de las Islas que asolan a las bazas locales. En este caso Prydwen y Go Daddy, que parten con favoritismo, aunque el peso en taquillas lo lleva Alessio. A Prydwen lo viene a montar Callum Shepherd, quien este año se ha visto envuelto en varias polémicas, empezando porque le quitaron la monta de Ambiente Friendly antes del Derby de Epsom. Más tarde, no hace ni un mes, se libró de una puesta a pie de tres semanas. Se confió más de la cuenta en una llegada en Kempton al dejar de empujar y ser cazado en el poste para dar lugar a un empate. Apeló su sanción y fue absuelto, lo que le permite venir hoy a Dortmund. Ya en carrera, sale en punta Tres Rock Women, un completo outsider, seguido por el favorito Alessio y Prydwen. Go Daddy opta por reservar fuerzas en el fondo. En la primera curva toma la punta Done Deal y sube el ritmo de la prueba, manteniéndose así toda la recta de enfrente, entrecortada por los árboles. Alessio sigue al acecho y Prydwen pasa a posiciones más retrasadas, aunque vuelve a ganar terreno en la curva, así como Go Daddy. En el recto final el favorito pincha, Prydwen viene muy fácil y Go Daddy parece que va a dar mucha pelea por el exterior. Sin embargo, un convidado al que nadie esperaba, la ya mencionado Tres Rock Women pone en serios apuros la victoria foránea, en cabeza a lo largo de toda la recta no da ninguna muestra de desfallecimiento y provoca que Prydwen y Callum Shepherd tengan que bajarse al barro y dar todo de sí, pues hasta el mismo espejo no son capaces de sobrepasarlos y vencer por una nariz. Algo detrás Go Daddy no termina de subir otra marcha para disputar la última clásica del año. Michael Cadedu se queda otra vez con la miel en los labios con un 20 a 1 y Callum Shepherd gana en su primera visita a Alemania, haciendo gala de buenas maneras y un estilo que no termina de ser el isleño. La chaquetilla naranja con estrella azul y gorra blanca, perteneciente a la cuadra Blue Star Racing, es muy común en los hipódromos ingleses y me sonaba haberla visto en las jornadas nocturnas de Kempton. A las carreras se viene por llegadas como esta, apretadas y emocionantes hasta el final. El día ha sido intenso, con varios focos de atención, en este bonito recinto de gradas acristaladas y añejas. Echo un último vistazo a esas televisiones de tubo que me recuerdan a mis primeros años en Lasarte y abandono un lugar que no me importaría volver a visitar. Sería curioso disfrutar una de esas jornadas invernales sobre su pista de arena. Una semana más tarde el interés se desplaza unos kilómetros al sur, hasta Colonia, para disfrutar en su monumental hipódromo de diez carreras, entre ellas el Preis von Europa. Es un Grupo I sobre 2400 metros que viene a asaltar el trotamundos de Godolphin Rebel’s Romance, ya ganador en 2022. No obstante, al final serán nueve carreras, pues el servicio de trenes alemán no cumple con el riguroso tópico que se asocia al país y me impide llegar a la primera. Empiezo con la sempiterna carrera para ganadores de menos de 1250€ en el año. En el paddock me gusta mucho la presentación de Anthonic, pero es todo fachada porque no se mueve del fondo. Se impone Ace of Spades, de azul claro con franja diagonal naranja, en bonita disputa con Brady, el puntero. La recta interminable de 600 metros se hace larga y es cazado por una nariz en el poste. Con respecto a los hándicaps, dan comienzo a partir de la quinta carrera, una clase D sobre la milla. Ocurre de nuevo la tendencia general en este hipódromo, un puntero atrevido, Freigeist, da la cara durante toda la prueba, a los 200 tiene un margen considerable, pero termina por quedar tercero, sobrepasado por el favorito Salve’s Secret y Eduardo Pedroza, de negro y oro (como se llama la cuadra, Noir et Or), corriendo en el medio del paquete y Russian Sochi, rematador que le quita el puesto en los metros finales. Hay que decir que la monta del puntero, a cargo de Sibylle Vogt, deja un poco que desear, pues en el último suspiro deja de arrear y es cuando les roban la plata. Quien llevase esa gemela no estará muy contento. La séptima es un hándicap para el medio fondo de los 2200, otra clase D que verá como la cuatro años, Oak Ivy, de amarillo y azul con gorra blanca, gana su cuarto hándicap seguido en tan solo seis carreras disputadas. Precisamente, el primero de ellos lo presencié aquí el 16 de Junio, para luego repetir en Hamburgo durante el fin de semana de Derby, Hannover y vuelta a Colonia en apenas tres meses. Sibylle Vogt se desquita de la anterior y se pasea sobre esta crack de los hándicaps humildes. Subirá de categoría después de dar un salto de valor de 11 kilos. Corriendo al acecho, entra en la recta en un canter, se ve a la legua que quiere galopar y cuando le pide su jocketta les quita las pegatinas a los demás. Las dos siguientes pruebas, un hándicap clase E y otro de categoría B, dejan las dos únicas victorias de punta a punta. En ambas los caballos traen mucha fuerza y ganan con un buen margen. En la octava, sobre 1850 metros para amazonas y gentleman, La Loire, de azul marino con cordones amarillos, nunca ve cuestionada su victoria y gana por un par de cuerpos. Ocurre algo parecido media hora después, esta vez en 2200, donde veo algunos conocidos como Sovereign State y Moonlight Touch, que me retrotraen a Dusseldorf en Mayo. Sin embargo, ninguno de los dos hace mucho. Gana Vaisseau Fantone, que aguanta mucho toda la recta y se impone con facilidad. La carrera final deja el hándicap para pencos que me gusta estudiar, con poco acierto esta vez. Obvié al favorito por ser un cuatro años inexperto que entraba al hándicap, Lisac, de negro con rombo rojo. No obstante, se le daba mucha opción antes y tiene buen origen alemán, con su padre siendo ganador de Grupo I. Viene desde el medio a las manos de Tore Hammer-Hansen, el danés líder de la estadística, y gana fácil, a pesar de que no hay mucha distancia en meta. Las cosas vuelven a su cauce normal, pues de nuevo la escapada del caballo en vanguardia, Caravanserai, no tiene premio y es sobrepasado a los 100. La tercera, cuarta y sexta prueba son las grandes citas del día, empezando por un listed para dos años sobre 1500 metros que trae la visita de Miss el Fundi, entrenada por Sir Mark Prescott y montada por Luke Morris, hija de Sea the Stars. Sin embargo, su origen dice más que su hoja de servicios, bastante discreta en cuanto a carreras de categoría, y queda penúltima. Ganará Goldaue, la favorita, cuya chaquetilla es igual que la de nuestro Noozoh Canarias, verde con uve roja y gorra roja, sólo que en granate. Tiene un bonito cambio de ritmo y se disputa la carrera con Lips Vega. Ambos se despegan del grupo, pero Goldaue la tiene dominada y se impone por un cuerpo largo. La siguiente es un Grupo III el Kolner Sprint Trophy, 1400 metros, que trae otro visitante, esta vez un Godolphin Francia, hiper favorito con la monta de Adrie de Vries, Whispering Dreams. No obstante, los caminos de las carreras son inescrutables y se queda en la salida, galopando descolgadísimo, a momentos como si no quisiera correr, sin ningún tipo de opción. Tal sorpresa dará lugar a la victoria a 26 a 1 de Armira, con esa chaquetilla similar a la de Urdiñ-Oriyá y la monta de Sibylle Vogt, quien, quitando el detalle de la quinta, acaba el día con un doblete. Viene, como no podía ser de otra manera en esta pista, desde el fondo, en el último furlong parece que no llega, pero tiene otro cambio de marcha y doblega por cuerpo y medio a Shootout, el puntero, y Three Havanas, corredora de la Poule a la que han bajado a la velocidad desde entonces. En el medio del programa se sitúa el plato fuerte del día y quizás de la temporada en Alemania. Rebel’s Romance, ganador de Grupo en cuatro países distintos, entre ellos vencedor de la Breeders Cup Classic en 2022 y de la Dubai Sheema Classic a principios de año. Además de ser tercero en el reciente King George, aunque lejos del ganador Goliath, que tenía previsto correr esta carrera como preparatoria de la Japan Cup, pero unas molestias lo retiran del partant. Tampoco hay que dejar de decir que vendrá a montarlo William Buick, a quien no hace falta presentar. Sumado a este invitado de lujo, hay un lote corto de seis valientes, pues correrán el ganador del Derby, Palladium, y la ganadora del Oaks, Erle. También Lordano, un buen caballo de grupo en Alemania y Trevaunance, visitante irlandés que no tiene mucha chance pero que comparte colores con Kyprios, el fondista estrella de O’Brien. Queda como baza sorpresiva el nacional Straight. Como hay fondo de trío y se puede jugar desde 0,5 céntimos, hago unas recreativas con Rebel’s Romance de primero, Lordano de segundo y el resto para el bronce. Lordano es ganador en pista y distancia, un caballo de esos que todo propietario quiere tener, regular y peleón, que siempre suele dar su valor. Es un cinco años que, exceptuando una sola vez, siendo cuarto, nunca se ha caído de la gemela. Palladium no me termina de llamar porque creo que el Derby fue una carrera falsa. Tengo además interés por ver a la potra triunfadora en Dusseldorf, Erle, aunque ese día corrió en punta y aquí no le va a servir esa táctica. Esta vez galopa última, junto a Straight, delante Rebel’s Romance con Lordano, después, encabezando el lote Palladium como en Hamburgo y Trevaunance en punta. Se mantienen así todo el recorrido y desembocan en los seiscientos todos juntos. William Buick se ahorra problemas y ataca por fuera, a los cuatrocientos toma la cabeza, momento en que Palladium se desinfla tras un apunte. Parece que se va a ganar, pero no termina de dar un último puñetazo sobre la mesa y no se despega. En extremo opuesto, René Piechulek -gran jockey todo hay que decirlo-, en un lote de seis se busca todos los problemas del mundo y trata de meterse por donde no hay hueco posible. En los palos se topa con un caballo que no le va abrir hueco, el puntero Trevaunance. Sólo pasados los trescientos consigue ver pista, pero ya es tarde. Por fuera aparece fortísimo contra todo pronóstico Straight, un caballo de clase en Alemania, aunque llevaba hasta entonces un muy mal 2024, lo que refleja el mercado a 22 a 1. Sin embargo, le sale pendenciero a todo un Rebel’s Romance, que tiene que sudar tinta y sangre para poder imponerse por medio cuerpo y cuya actuación deja quizás un poco frío a todo el mundo. Buscando una explicación, podría argumentarse que William Buick no tiene que tirar de látigo en todo el último furlong para mantenerlo a raya, siendo sin más el juego del gato y el ratón. Muchas veces las expectativas hacen juzgar los resultados de una forma falsa, pues cabría esperar un paseo militar del ganador, quien, como dice en la entrevista posterior su montura, siempre encuentra la forma de imponerse. También acusa la falta de ritmo y les lanza un brindis a sus competidores alemanes, reconociendo que cuesta ganar aquí. Por último, apunta a la Breeders Cup Turf como el siguiente objetivo del caballo. Estaremos pendientes el primer fin de semana de Noviembre de las soleadas costas californianas de Del Mar, donde dicen que el turf se encuentra con el surf (where the turf meets the surf). Dejando para la imaginación aquellos parajes, se acaba ya este periplo por una Europa Central donde la sombra del invierno ya se cierne, a pesar de que hoy sale mejor día que aquel de mediados de Junio. El sol cae a plomo y se refleja a lo largo de las carreras en las botas y los estribos de los jockeys, dejando unas estampas bastante estéticas. Imágenes que permanecerán en la memoria, más incluso que los protagonistas del día, aunque la victoria de un súper clase mundial, Rebel’s Romance, me la llevo conmigo. Es el caballo de más valor al que haya visto correr nunca y me conecta indirectamente con todos aquellos lugares que se erigen como mecas de este deporte, como Ascot o Keeneland. Dicho esto, ha sido un gran verano turfístico por Alemania: recintos curiosos, caballos de calidad, jockeys y entrenadores que de vez en cuando asaltan las grandes citas europeas y visitantes ilustres (además de una escapa para no faltar a la cita con la Copa de Oro y el Gobierno Vasco). Todo esto no deja de provocar cierta envidia sana con respecto a nuestra situación, a pesar de que siempre se echan de menos las carreras en Lasarte o Madrid, y uno no puede nunca dejar de comparar toda novedad con los hogares habituales.
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