|
|
- 07/05/24
Mystik Dan imponiéndose en el DERBY DE KENTUCKY 2024
en fotografía a Sierra Leone y Forever Young, segundo y tercer favoritos
Sección con los videos de las más importantes carreras del mundo, el Calendario para las próximas y su historial de ganadores y videos de las ediciones pasadas desde Cambridge, Ramiro Cibrián Les había prometido una previa sobre el Derby de Kentucky, pero no la pude escribir a tiempo. Y mientras las crónicas las puedes hacer más o menos después de la carrera, las previas, para tener sentido, tienen que salir forzosamente antes. Como compensación por este fallo, les ofrezco esta crónica. En general no suelo escribir crónicas de las reuniones a las que no asisto, pero con el Derby de Kentucky se puede hacer una excepción, pues se trata de la carrera americana que es, en todos los sentidos, la más importante. En las actuales horas bajas de asistencia a los hipódromos que experimenta el turf europeo, incluido, con perdón, el inglés, la reunión de Churchill Downs sigue siendo la más concurrida del mundo, con más de 150.000 asistentes el día principal. Una cifra que es bastante mayor que las que se vienen registrando en los últimos años para el Derby de Epsom, que sigue siendo la carrera europea con mayor asistencia. Tanto en Churchill Downs como en Epsom las enormes cifras de asistentes se solventan a base de meter a mucha gente en la pelouse central, en donde la visión directa de la carrera solía ser limitada, pero está hoy en día muy mejorada gracias a las pantallas. Por las naturales y famosas ondulaciones del terreno, la visión directa desde la pelouse sigue siendo mucho mejor en Epsom que en Churchill Downs, pero la pista de Kentucky tiene detrás de su recta de enfrente una pantalla gigantesca, del tamaño de cuatro campos de baloncesto, lo que permite a todo el mundo, incluyendo a las decenas de miles de espectadores ubicados en la pelouse, seguir las carreras en tiempo real y con gran detalle. Hablar en estos últimos años del Derby de Kentucky implica hablar de Bob Baffert. Para simplificar, se trata del entrenador estadounidense que por palmarés se puede comparar a lo que representan Aidan O’Brien en Irlanda e Inglaterra, o André Fabre en Francia. Entre las grandes victorias de Baffert están 6 en el Derby de Kentucky, lo que para un entrenador es récord en la prueba, compartido en este caso con Ben Jones, que logró las suyas entre 1938 y 1952. Entre 2015 y 2020 Baffert ganó la prueba tres veces, incluyendo las victorias con American Pharoah en 2015 y Justify en 2018, ambos subsiguientes triunfadores de la Triple Corona americana. Las victorias de Baffert hubiesen podido extenderse en 2021 a siete, pues su pupilo Medina Spirit fue el primero en llegar al poste, pero fue descalificado por los comisarios de Kentucky al detectar tras la carrera la presencia en la piel del caballo de una sustancia prohibida. Baffert recibió en Kentucky, y en otros estados, incluyendo Nueva York, una suspensión de dos años. Su reacción fue proclamar vigorosamente su inocencia y recurrir las sanciones, incluyendo en los tribunales ordinarios, en toda la medida de lo posible, que en Estados Unidos es mucha. Tras su descalificación Medina Spirit siguió compitiendo a tres años con suerte diversa (fue tercero en el Preakness , ganó un G1 en Santa Anita en octubre y quedó segundo en la Breeders’ Cup Classic a principios de noviembre) pero, desafortunadamente, falleció prematuramente antes del final de ese mismo año, lo que seguramente no ayudó en nada en los múltiples recursos que Baffert tenía abiertos, especialmente contra los comisarios de Kentucky y Nueva York, que eran los que le habían impuesto las sanciones más duras. De hecho, en su base de California no fue suspendido y ha podido seguir compitiendo allí sin interrupción. Cosas del federalismo. En el caso de Kentucky su inicial inhabilitación por dos años era con posibilidad de extensión, y eso es lo que lamentablemente ha ocurrido. Una pena, porque Baffert cuenta este año en su patio con dos potros que reunían los puntos suficientes para haber podido participar en “la carrera por las Rosas” de 2024. Uno de ellos se llama Muth (Good Magic), ganador el pasado 30 de marzo del G1 Derby de Arkansas. Y el otro es Imagination, segundo el 7 de abril del G1 Derby de Santa Anita y ganador antes de un G2, en ambas carreras con Frankie Dettori en la silla. Escaldado de echar leña a su propia hoguera, Baffert había dejado en 2024 de litigar en los juzgados (y de transferir sus caballos a otros entrenadores para que pudiesen correr en Kentucky y Nueva York) pero los propietarios de esos dos potros, incluyendo el de Muth, que es el mismo de Medina Spirit, sí que siguieron con los recursos judiciales, pero resultaron infructuosos. Cómo de buenos son Muth e Imagination quizás lo podamos ver en el Preakness de Baltimore o en el Belmont Stakes, pero en Churchill Downs no pudo ser. Una pena, porque la realidad es que después de lo que pasó con Medina Spirit, Bob Baffert parece haber sacado las lecciones que corresponden. Sus caballos siguen corriendo con resultados similares a los magníficos que obtenía antes de 2021, y no ha sufrido desde entonces ninguna descalificación. estos interesantes prolegómenos, el Derby de Kentucky de 2024 celebraba su 150 edición, lo cual tampoco es tanto, sobre todo si se compara esa antigüedad con la de las clásicas inglesas, que en el caso del St Leger, la más veterana, alcanza casi 100 años más. La carrera de Churchill Downs tiene un estricto protocolo de participación, con numerosas pruebas previas clasificatorias como son, por ejemplo, los citados Derbis de Arkansas y Santa Anita y muchas otras similares. Esas pruebas otorgan puntos a los mejores clasificados y los veinte potros con más puntos acumulados son los que pueden tomar la salida el primer sábado de mayo. Sobre estas bases, el Derby de Kentucky de 2024 tenía en apuestas dos o tres favoritos claros. El primero era el caballo de Todd Pletcher Fierceness (Coty Of Light, 16/5), montado por John Velázquez. Se trataba de una combinación sólida, con gran experiencia relevante en la prueba. Pletcher la ha ganado en dos ocasiones y Velázquez, uno de los jinetes americanos más laureados, en tres. El segundo favorito en apuestas era Sierra Leone (Gun Runner, 48/10), potro entrenado por Chad Brown y montado por Tyler Gaffalione, ambos muy buenos profesionales y muy en forma, pero sin victorias previas en la prueba. En el asunto de los cajones, tema tan importante en América y en especial en una carrera con 20 potros participantes no demasiado experimentados, el de Sierra Leone era el 2, mucho mejor en principio que el de Fierceness, que era el 16. En cuanto a forma, ambos potros venían de imponerse a principios de abril en respectivos G1 prestigiosos y selectivos. Sierra Leone, en el Blue Grass Stakes de Keeneland, en Kentucky, y Fierceness, en el Derby de Florida. Después de ellos, el tercer favorito en apuestas era el japonés Forever Young (Real Steel, 705/100), un potro entrenado por el conocido Yoshito Yahagi, montado por el también japonés Ryusei Sakai, y al que le correspondió el relativamente neutro cajón 10, que seguramente no es ni tan bueno como el 2, ni tan malo como el 16. Quizás recuerden que Forever Young venía de imponerse con autoridad en el Derby de los Emiratos Árabes Unidos, corrido en Meydan el pasado 30 de marzo en la reunión de la Dubai World Cup. El Derby de Kentucky, aún más que la Breeders’ Cup Classic, es una carrera que se corre sin contemplaciones, en el sentido de que la disputa por las posiciones tras la largada tiene enorme importancia y se lleva a cabo con enorme energía y muchas veces con contacto físico fuerte. No es lo mismo hacer las dos amplias curvas que hay que recorrer por dentro, por el carril uno o dos, que hacerlo por el tres o cuatro. Y de cara al esprint final, no es lo mismo abordar la recta final en cabeza o cerca de la misma que en cola y a diez o doce cuerpos por detrás. Ha habido, sin embargo, caballos que fueron capaces de superar las mayores desventajas. Ese fue el caso, sin ir más lejos, de Rich Strike en 2022, un caballo que después de su sorprendente éxito en Kentucky (pagó 81/1 saliendo del cajón 20) no volvió a ganar una carrera. Pero es infrecuente encontrar ganadores con un cajón de salida superior al 15, ya que desde esos cajones exteriores es casi imposible ubicarse en una posición que te permita llegar al esprint final con posibilidades de disputar la victoria. Sin entrar en mayores detalles, eso es lo que le pasó este año al favorito Fierceness. Salió del cajón 16, tuvo que hacer casi toda la carrera por el carril tres o cuatro y cuando llegó el esprint final se quedó sin fuerzas, terminando decimoquinto, a más de 24 cuerpos del ganador. La prueba la ganó un caballo bastante outsider llamado Mystik Dan (Goldencents) que salió del cajón 3 con cotización de 186/10. Está entrenado por el relativamente poco conocido Kenneth McPeek, buen profesional con base en Luisiana. Había participado en la carrera en diez ocasiones previas, lo que indica que ya tenía un buen nivel, pero sin obtener mayores resultados. Mystik Dan estuvo montado, en mi opinión muy bien, por el también comparativamente poco conocido Brian J. Hernández Jr, que es asimismo un buen profesional, con más de una década de sólida experiencia y más de 2.000 victorias en los hipódromos norteamericanos, pero sin tampoco haber alcanzado antes éxitos resonantes. La realidad es que a Mystik Dan le correspondió un buen cajón, el citado 3, y eso permitió a Brian Hernández (a no confundir con Juan José Hernández, que es un jockey de origen mejicano que también monta con notable éxito, sobre todo en California) ocupar enseguida una buena posición pegado a los palos y cerca, -solo unos cuerpos por detrás-, de los cuatro caballos que se disputaron duramente la cabeza desde el principio. Brian Hernández se mantudo siempre pegado a los palos, y tuvo la posibilidad de ir avanzando por dentro durante el transcurso de la última curva. Poco antes de desembocar en la recta final estuvo quizás el momento más decisivo de la carrera, porque Mystic Dan podía haber quedado encajonado por los que se habían impuesto en el duelo de cabeza y se echaban ya hacia los palos, en concreto, por Track Phantom (Quality Road, 42/1), que con Joel Rosario había conducido hasta entonces y que luego enseguida se difuminó, pero Brian Hernández estuvo muy oportuno y no lo permitió. Fue Mystik Dan el que, viniendo desde atrás por dentro, y sin rehuir el contacto cuando fue necesario, se hizo con la cabeza al entrar en la recta final, y fue capaz de conservarla hasta la meta. Para ser exactos, hasta la foto finish de la meta, pues cuando a la entrada de la recta final las cosas se aclararon hubo dos caballos que lanzaron, simultáneamente y pegados, un fuerte ataque por fuera, que les permitió rebasar a todos los demás y alcanzar al primero, pero sin llegar, por cortos centímetros, a rebasarle antes del poste, que es donde se miden las distancias. Los dos rematadores fueron los citados segundo y tercer favoritos, Sierra Leone y Forever Young, que en la apretada foto finish quedaron así, segundo y tercero, con una nariz separando oficialmente al primero del segundo y otra al segundo del tercero. El fin de semana, por lo demás, no puedo estar mejor para la pareja jinete- preparador que forman Brian Hernández y Kenneth McPeek, pues ambos venían de imponerse el viernes en el prestigioso Oaks de Kentucky, con otra gran monta de Brian sobre Thorpedo Anna (Fast Anna, 9/2), superando por 4 ¾ de cuerpos en la meta a la favorita Just F Y I (Justify, 71/20F) una potranca entrenada por Bill Mott que estuvo montada por Junior Alvarado. En los 150 años trascurridos desde su creación, ha sido la octava vez que un jockey gana ambas pruebas, pero solo la tercera en que lo hace con pupilos del mismo entrenador. En los persistentes intentos de Japón por triunfar en las grandes carreras internacionales, se produjo otro “near miss”, otro fallo por muy poco, que tiene que dejar sabor agridulce, porque Forever Young corrió, con un cajón de salida solo regular y sufriendo bastantes irregularidades durante el recorrido, incluyendo en los metros finales cortesía de Tyler Gaffalione, una gran carrera y obtuvo un magnífico tercer puesto. Pero que sabe a poco cuando se remata tan fuerte y se queda tan cerca del primero. Los comisarios de Churchill Downs, tan estrictos con Bob Baffert, no lo estuvieron para defender los intereses del incursor japonés, y el orden de llegada inicialmente registrado se mantuvo. Bastantes personas que han visto la prueba se han preguntado por qué las conexiones de Forever Young no reclamaron, cuando algunas incidencias, incluyendo el manotazo de Gaffalione en los metros finales perjudicaron seguramente sus chances. En mi opinión lo de reclamar, y más en el extranjero, se compadece mal con la cultura, el protocolo y la exquisita educación japonesas. Y en cualquier caso, una reclamación hubiese podido quizás dar a Forever Young el segundo puesto, pero nunca el primero, que era el objetivo ambicionado. Seguramente Yoshito Yahagi, que es la encarnación de esa cultura japonesa, Ryusei Sakai y los propietarios de Forever Young pensaron que mejor el tercero sin reclamar que una reclamación que no podría darles nunca el primer puesto. No me queda, lamentablemente, espacio para comentar el fascinante tema de los orígenes dominantes en la élite equina norteamericana. Es un tema que es importante, pues el gran consorcio europeo Coolmore, entre otros, prosigue desde hace años con denuedo los esfuerzos por trasladar a Europa algunas de las que se considera mejores sangres norteamericanas. Es un tema complejo, que intentaré discutir más adelante. Queda ahora la cuestión de si Mystik Dan correrá el Preakness. Es decir, si habrá un intento este año de lograr otra vez la Triple Corona americana. Sus conexiones han sido sinceras y explícitas. No es seguro que lo corra, pues es una carrera que llega muy pronto, el día 18 de mayo, solamente dos semanas después de Churchill Downs, y Mystik Dan es un caballo que suele necesitar bastante tiempo para recuperarse de sus esfuerzos. Si se recupera, participará en la prueba de Baltimore, pero es una decisión que su entorno tomará solamente en el último momento, en función de cómo se encuentre el caballo. Ojalá sea así y podamos verlo.
|
|
|
|
|