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- 22/12/23
MÁS DE las carreras de HONG KONG 2023
Últimos comentarios del año
Sección con los videos de las importantes carreras de Hong- Kong. Otras importantes del mundo y el Calendario para las próximas Desde Hong-Kong por Ramiro Cibrián Una de las cosas interesantes que ocurrió poco antes de las Carreras Internacionales de Hong Kong de este año (HKIR, por sus siglas en inglés) es que Ryan Moore recibió el premio Longines 2023 al mejor jinete del mundo en carreras sobre turf, un premio para el que cuentan exclusivamente los resultados obtenidos en los 100 G1 más importantes del mundo. Me imagino que cuáles son esos G1 lo decide sobre todo Longines y, más concretamente, el señor Bernardo Tribolet, su vicepresidente de marketing. Es un afable portugués, con perfecto dominio del español, y sin duda una de las personas clave detrás de la gran implicación contemporánea de esta marca suiza en las grandes carreras de caballos del mundo. Lo menciono porque me consta que el Sr. Tribolet no tiene nada en contra de España, al revés, y estoy seguro de que está dispuesto a escuchar con interés cualquier propuesta de patrocinio razonable que las autoridades españolas puedan presentarle. Estas deberían, en mi opinión, hacerle llegar pronto alguna.  Como quiero aprovechar esta crónica de fin de año para comentarles algunos temas de carácter general, me limito a decirles que en lo que respecta a las HKIR 2023, y a la Japan Cup, se mantuvieron las tradiciones establecidas, por lo menos las del último decenio. Lo que quiere decir que el Vase lo ganó un caballo europeo y en las otras cuatro pruebas, (en el caso de Hong Kong, el Sprint, la Milla y la Copa), se impusieron héroes locales. El Vase, que es la carrera sobre 2400 metros, lo ganó el pupilo de André Fabre Junko (Intello, 91/20), un castrado de los Wertheimer que venía de ganar en Munich el G1 Gran Premio de Baviera y sobre el que Maxime Guyon, Fusta de Oro 2023, hizo una magnífica recta final. En el Sprint decepcionó un poco la europea Highfield Princess (Night Of Thunder, 19/1) que, aunque venía de ganar el Prix de l’Abbaye de Longchamp, pudo ser solo sexta, a cuatro cuerpos del ganador, Lucky Sweynesse (Sweynesse, 7/20F), un caballo de origen australiano-neozelandés, que con esta tiene ganadas 15 de sus 21 carreras. La Milla la ganó, por segunda vez, pero no consecutivamente, Golden Sixty (Medaglia d’Oro, 27/20F), un veterano de 8 años, el caballo más popular de Hong Kong, en donde ha sido tres veces “Horse of the Year” y cuyas ganancias se elevan a la mareante cifra de 17 millones de euros. Y la Copa, sobre 2000 metros, estuvo a punto de ganarla el O’Brien Luxembourg (Camelot, 71/10), que venía de ser buen segundo de Auguste Rodin en el Irish Champion. Sin embargo, en los últimos cien metros, después de una recta final muy disputada, fue sobrepasado por el héroe local de turno, en esta ocasión Romantic Warrior (Acclamation, 27/20) que no solo era el ganador de la carrera el año pasado sino que, además, venía de imponerse en el Cox Plate de Melbourne, una de las pruebas australianas más importantes. Para decirlo todo, es hermano de Equiano y del millero Expert Eye, por lo que tiene un mérito adicional que corra, y muy bien, sobre 2000 metros. Ningún desdoro, por otra parte, para Aidan O’Brien, que tuvo un participante en cada uno de los cuatro G1 de la reunión y que se volvió a casa con este segundo puesto en la Copa y con un tercero, el de Warm Heart (Galileo, 12/5) en el Vase. Un dato que me parece interesante es que los cuatro ganadores de las HKIR son todos ellos castrados, lo cual en un turf como el de Hong Kong no es particularmente relevante, porque en el antiguo enclave inglés no hay, que se sepa, ninguna cría significativa. Todos los caballos que corren allí son importados. La mayoría, de las comparativamente cercanas Australia y Nueva Zelanda. Y unos cuantos también de América y Europa. Incluso, creo recordar, ha habido dos caballos importantes entrenados en España que terminaron su vida de carreras en Hong Kong. Uno fue el gran Partipral, que siendo Enrique Sarasola su propietario (o uno de ellos) ganó el Vase y fue después vendido, pero ya no volvió a correr. Y el otro fue Sir Andrews, que corrió en Hong Kong con el nombre de Helene Paragon y llegó a ganar un par de G1 sobre la milla. Todos estos datos contrastan fuertemente con los de Japón, tanto por el resultado de la Japan Cup, este año ganada cómoda y brillantemente por el entero Equinox (Kitasan Black), como por la extraordinaria atención que en el país de los samuráis se da a la cría. 
La presencia europea competitiva en la Japan Cup se ha convertido en las últimas dos décadas en algo del pasado. Desde 2005, cuando Alkaseed se impuso con Frankie Dettori en la silla, no ha vuelto a haber ninguna victoria extranjera, ni europea ni de ningún otro sitio. Y desde 2006, cuando Ouija Board fue tercera de Deep Impact, no ha habido ningún caballo europeo en el podio. Otra cosa es lo referente a los jinetes, pues como se ha frecuentemente apuntado, la fórmula que funciona mejor en las grandes carreras japonesas es la de un buen caballo japonés con jockey occidental. Esa ha sido la fórmula de Equinox con Christophe Lemaire, el jockey occidental que más y mejor se ha adaptado al Japón, incluyendo un buen conocimiento del idioma. Pero antes que él ha habido otros grandes jockeys europeos que han hecho temporadas de invierno allí con gran éxito. Olivier Peslier, Christophe Soumillon y Ryan Moore son ejemplos destacados. Todos ellos, al igual que Frankie Dettori, son ganadores de grandes pruebas japonesas, incluyendo la Japan Cup en más de una ocasión. A Equinox he tenido el placer de verle directamente en 2023 en dos ocasiones, y en ambas me ha impresionado por la facilidad y la clase con las que solventó sus compromisos. Una fue la Dubai Sheema Classic, y la otra la Japan Cup. Va a terminar el año en cabeza del ranking Longines, sin perjuicio de los méritos de Ace Impact (Cracksman), ganador del Arco, que son también importantes. Es una pena que no hayan coincidido, y como los dos se van ahora a la yeguada, ya no coincidirán. Kitasan Black, padre de Equinox, ha sido en 2023 el semental más cotizado de Japón, con una tarifa de 20 millones de yens (unos 128 mil euros) y 240 yeguas cubiertas. Esa cifra, para estándares europeos, no es tan impresionante. Recuérdese que Galileo tenía al final de su vida una tarifa de 600 mil euros y su hijo Frankel la tiene ahora de 350 mil, la misma que Dubawi. Lo interesante es que el prestigio de Equinox es tan grande que va a comenzar su vida de cubrición en 2024 precisamente a 20 millones de yens, la tarifa de Kitasan Black en 2023, la más alta que ha tenido nunca en Japón un semental en su primer año. Si volvemos a los jockeys, habrán ustedes sin duda notado que ni en Tokio ni en Hong Kong montó Frankie Dettori. No está aun completamente retirado, después de la reunión del Champions de Ascot, circunscribe sus montas casi exclusivamente a carreras en Santa Anita, California. En Tokio no tenía ninguna opción de monta, pero se había especulado con su posible presencia en Hong Kong para montar a Kinross (Kingman), un buen especialista en los 1400 metros, cuyo propietario es Marc Chan, hongkonés y buen amigo de Dettori. La realidad es que Kinross ha tenido un año más bien cargado, y sus dos últimos segundos puestos en el Prix de la Foret y el Champions Sprint fueron un poco decepcionantes. Su entrenador es Ralph Beckett, quien además de ser un gran entrenador es muy sensato. Por las razones que fueran, y hay varias, (incluyendo que en las HKIR no hay ninguna carrera sobre 1400 metros), Kinross no fue a Hong Kong y Frankie Dettori tampoco. Nos tendremos que ir acostumbrando, porque a menos que tenga la opción de montar a un gran caballo, no creo que se va a desplazar mucho fuera de California. John Gosden ya ha anunciado que Kieran Shoemark es a partir de ahora su primer jockey. Lo cual no es en sí mismo determinante, porque algunos de los propietarios importantes de Gosden también tienen sus primeros jockeys. Pero es en todo caso una señal inequívoca que el turf inglés ha entrado plenamente en la época post-Dettori. Nos podrá gustar más o menos, pero es así. A lo mejor se podrán preguntar ustedes cómo ha sido posible que en este año tan exitoso para Dettori el premio Longines al mejor jockey del mundo haya sido ganado, por cuarta vez, por Ryan Moore. Antes de seguir, les comento en inciso que Dettori también lo ha ganado cuatro veces y que el australiano Zac Purton y el neozelandés James MacDonald lo han ganado una vez cada uno. Los triunfos de Dettori en 2023 han sido en verdad espectaculares. De memoria, y a riesgo de dejarme alguno importante en el tintero, Frankie ha ganado en su año de despedida, entre otros, las 2000 Guineas, el Oaks, la Copa de Oro de Ascot, el Jacques le Marois (¡por cuarto año consecutivo!), el Juddmonte International, el Sun Chariot, el Champion y la Breeders’ Cup Filly & Mare Turf. Sin embargo, el patio de Coolmore y Aidan O’Brien es muy grande, y su fondo de armario muy profundo. En 2023 ha habido en ese patio por lo menos dos grandes figuras, múltiples ganadores de G1, a saber, Auguste Rodin y Paddington. Y además y sobre todo, ha habido un magnífico plantel de potros de dos años con los que Ryan Moore ha ganado otro buen número de G1. Así que nada que objetar. Frankie Dettori tiene ya 53 años y está semiretirado. Ryan Moore, cuyas excelencias en la silla solo son comparables a su profesionalidad y a su timidez, tiene solo 40. Sigue siendo el primer jockey de Coolmore-O’Brien y tiene, seguramente, muchos triunfos aún por delante en las grandes carreras europeas y de todo el mundo. Que todos los veamos. Si han llegado hasta el final, en este o en otros artículos similares de este año, muchas gracias por su lectura. Felices Fiestas y todo lo mejor para 2024. Que podamos seguir disfrutando de las grandes carreras, que se las pueda contar lo mejor que sé y que ustedes puedan pasárselo bien leyendo estas crónicas. Si todo va bien, continuarán.
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