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- 28/03/23
MÁS DE LA DUBAI WORLD CUP 2023
Ushba Tesoro materializa las muchas aspiraciones niponas
por Ramiro Cibrián El refrán que dice que donde hay patrón no manda marinero es también de aplicación en Oriente Medio, y por eso tanto en Arabia Saudí como sobre todo en Dubai sus respectivas multimillonarias grandes pruebas, -la Saudi Cup y la Dubai World Cup-, están concebidas pensando en primer lugar en el mundo de carreras norteamericano. Cuando en 2010 se inauguró el actual hipódromo dubaití de Meydan la superficie de la pista interior, la de tierra, era de tapeta Se trata de una mezcla de productos arenosos con un importante contenido de fibra sintética que en opinión de muchos expertos es bastante más benévola para las extremidades equinas que el tradicional dirt norteamericano. La tapeta, sin embargo, no gusta a los entrenadores americanos y las estadísticas de la DWC parecen darles la razón: en los cinco años que hubo tapeta en Meydan, entre 2010 y 2014, solo hubo un ganador norteamericano, Animal Kingdom, que triunfó en 2013. Antes, entre 1996 y 2009, había habido 8 de 14, y luego, entre 2015 y 2023, ha habido 4 de 8. El ganador de este año, Ushba Tesoro, ha sido el segundo caballo japonés en ganar la prueba, pero es el primero que lo hace sobre dirt ya que el anterior, Victoria Pisa, lo había hecho en 2011 sobre tapeta. 
Si ustedes siguen las carreras internacionales seguro que saben que 2023 es el año de la despedida de las pistas de Lanfranco Dettori, que para muchos ha sido el mejor jinete europeo desde que Lester Piggott se retiró a mediados los años 90. Desde aproximadamente entonces Dettori ha sido el jinete europeo más dominante y carismático. Curiosamente, su carrera profesional se ha desarrollado en el tiempo de forma bastante paralela a la de nuestro José Luis Martínez, que se acaba de retirar. En febrero en Riad a Frankie le faltó poco para empezar su retirada a lo grande, con un triunfo en la Saudi Cup. Se tuvo que conformar con el segundo puesto de Country Grammer, el caballo de Bob Baffert que montaba y con el que ya había ganado el año pasado la DWC. En las carreras de caballos en general, pero sobre todo en las que se corren en tierra, el cajón de salida es muy importante, y por eso se sortea. Y aunque al hipódromo no se puede ir como se va a los casinos, la realidad es que en las carreras en tierra el sorteo de los cajones introduce un elemento de azar que no es despreciable. Los caballos que salen de los 7 u 8 primeros cajones suelen ganar, estadísticamente, significativamente bastante más que los que salen de cajones más exteriores. Por eso el segundo puesto de Country Grammer en la pasada Saudi Cup tuvo el atenuante de que le tocó salir de un cajón exterior, el 10 de 13, mientras que el ganador, el puntero japonés Panthalassa, tuvo la suerte de salir del 1 y poder ganar la carrera de punta a punta. Antes del sorteo de cajones para la DWC 2023 la cotización de Panthalassa era un poco mayor que la de Country Grammer (cerca de 4/1). En el sorteo, este pupilo de Bob Baffert volvió a tener mala suerte, pues le volvió a tocar un cajón exterior (el 14 de 15), pero tuvo la relativa buena suerte de que a Panthalassa le tocó el 15, el más exterior de todos, con lo que volver a ganar una carrera de punta a punta se antojaba mucho más difícil. Al menos eso fue lo que entendió la cátedra, que mantuvo básicamente la cotización del americano, pero desahució al japonés, deslizando su cota hasta valores que llegaron a ser de 16/1, aunque luego se recuperarían algo. A pesar del evidente interés de los organizadores dubaitís en atraer a la DWC a los caballos norteamericanos, la realidad de este año era que de los 15 participantes solo uno, Country Grammer, estaba entrenado en los EEUU. Lo que sí llamaba la atención es que 8 procedían de Japón. Entre ellos estaba el citado Panthalassa, ganador ex-aequo de la Dubai Turf en 2022 y reciente triunfador en la Saudi Cup (20 millones de dólares US de dotación total) así como otros ganadores de carreras importantes, incluyendo Vela Azul, que se había impuesto el pasado diciembre en los 2400 metros del Hong Kong Vase. Además, los caballos japoneses venían de correr muy bien en la Saudi Cup, en la que ocuparon no solo el citado primer puesto, sino también todas las colocaciones del tercero al quinto. Lo único no japonés entre los cinco primeros fue el citado segundo puesto de Country Grammer. En los dos o tres días anteriores a la carrera, sobre todo tras el sorteo de cajones, las cotizaciones de los japoneses TO Keynes y Ushba Tesoro, ambos especialistas probados en dirt, se afianzaron. Los favoritos, sin embargo, siguieron siendo Country Grammer, que repetía la monta de Dettori, y el inglés reubicado en Dubai Algiers. Este es un caballo entrenado por Simon and Ed Crisford (el primero durante 20 años fue racing manager del jeque Mohammed Al Maktoun, antes de dedicarse al entrenamiento). Tras un año discreto en Europa Algiers venía de ganar dos buenas carreras preparatorias en Meydan, y ante la ausencia de rivales de enjundia, salió de cajones segundo favorito, con cotización de 11/4, algo por debajo de Country Grammer, que partió favorito 9/4. La historia de la carrera se resume en que Panthalassa trató, como en Riad, de hacerse con la cabeza tras la salida, pero con el cajón tan desfavorable que tenía y con 200 metros adicionales a los de Riad desapareció de la carrera en cuanto el grupo entró en la recta final. Country Grammer, también a diferencia de lo ocurrido en Riad, no pudo jugar ningún papel en la recta final. Viajó muy abierto y bastante retrasado, en el sétimo u octavo puesto. Cuando llegó el momento de la verdad, no tuvo ningún recurso para adelantar a nadie y terminó sin pena ni gloria en séptima posición. El que hizo una carrera mucho mejor fue Algiers, que a pesar de un cajón también exterior (el 13) se posicionó bien, cerca de la cabeza, y tomó el mando al llegar la recta final, cuando los punteros desfallecieron. Algiers hizo ilusión, pero al final surgió fortísimo Ushba Tesoro, que había hecho la carrera en la cola y en una brillante recta final fue capaz de pasar a todos sus competidores, con recursos suficientes para distanciar a Algiers en casi tres cuerpos en la meta. La monta de su jockey japonés, Yuga Kawada, fue muy meritoria y quedó atestiguada por la enorme cantidad de salpicadura con la que desmontó del ganador. Mientras que TO Keynes (que, con cotización de 8/1 quedó cuarto) es un estricto especialista del dirt, sobre el que ha disputado todas sus previas 21 carreras, de las que había ganado 10. Ushba Tesoro es un reciente y afortunado descubrimiento para estas carreras. La mayor parte de sus salidas anteriores a la DGC habían sido en hierba (22 de 28) y de ellas había ganado solo 3, con algo más de 130.000 euros. Sin embargo, de las 7 carreras que ahora lleva disputadas sobre dirt ha ganado 6, con unas ganancias de casi 8 millones de euros. Con esta victoria Ushba Tesoro se convierte quizás en el mejor caballo sobre tierra y, si sigue en esta forma, en el favorito para llevarse la próxima Breeders’ Cup Classic en noviembre. Queda hasta entonces mucho y habrá que seguir su itinerario, que posiblemente pase por Japón y/o los EEUU, que es donde hay carreras en dirt importantes. La matización de ser el mejor caballo sobre dirt es relevante porque, visto lo visto en Dubai y sin esperar que digan los expertos de Longines, parece claro que el mejor caballo de carreras del mundo es actualmente el también japonés Equinox, que se impuso en la Sheema Classic de punta a punta, sin despeinarse y batiendo el récord de la distancia por un segundo. Equinox es ahora un 4 años, y el año pasado ganó las pruebas importantes japonesas en las que participó, incluyendo el Derby, el Tenno Shen de Otoño y el Arima Kinen de final de temporada. Sus propietarios son los japoneses de Silk Racing, los mismos de Almond Eye, la extraordinaria yegua que ganó también con parecida facilidad la Dubai Turf de 2019. A diferencia de lo ocurrido entonces, los propietarios de Silk Racing parecen ahora predispuestos a llevar a Equinox al Arco. De hecho, Equinox encabeza las cotizaciones con valores cercanos a 7/1, seguido a distancia, (12/1) por Desert Crown y Vadeni, los mejores tres años europeos de 2022. Ojalá Equinox esté en el Bois de Boulogne el primer domingo de octubre y veamos un nuevo gran desafío de Japón al conjuro que mantiene a sus caballos fuera del palmarés del Arco. Pasando de los caballos a los jockeys, lo que deja esta edición de la DWC son dos magníficas montas, con correspondientes victorias, de Ryan Moore, que empieza el año en gran forma. Una de ellas la consiguió en la prueba de fondo, el G2 Dubai Gold Cup, montando a Broome, un caballo de Coolmore entrenado por Aidan O’Brien, que suele participar en el circuito internacional pero no había hecho gran cosa desde que ganara el G2 Hardwick Stakes (sobre 2400) en el último Royal Ascot. La otra gran monta de Moore fue en el esprint en dirt y sobre 1200 metros, el G1 Golden Shaheen, en el que se impuso brillantemente con Sibelius, ejemplar entrenado en Florida por Jeremia O’Dwyer, un antiguo jockey irlandés pasado algo prematuramente, pero con éxito, al entrenamiento norteamericano, en parte por algún malentendido no del todo bien aclarado con los comisarios irlandeses. Su caballo estaba muy bien preparado y supo elegir al jockey que podía darle la victoria. Estas dos montas de Ryan Moore, junto con la de Yuga Kawada en la DWC, constituirían, en cuanto a montas, el podio de la reunión. Sin llegar a estar en ese podio, hay que señalar no obstante el éxito, por tercer año consecutivo, de Frankie Dettori con Lord North en el G1 Dubai Turf. Si todo sigue según lo programado, esta edición habrá representado su despedida como jockey de Dubai. Dettori, sin embargo, no tuvo una gran tarde. Algunas de sus montas con chances no respondieron (ese fue el caso de Country Grammer, o de Trawlerman en la Gold Cup), en alguna otra carrera perdió sus posibilidades cuando montaba buenos caballos de Bob Baffer, bien por una mala salida (Worcester, en el UAE Derby) o porque fue batido al final por los que llegaron a los últimos metros con más empuje (Hopkins, en el Golden Shaheen). En todo caso, su monta a Lord North fue impecable: bien colocado cerca de cabeza de carrera durante el recorrido, rematando fuerte en la recta final y siendo capaz de imponerse en los últimos 100 metros al Godolphin de Appleby Nations Pride, (que fue tercero con William Buick) pero, sobre todo, del japonés Danon Beluga que con Joao Moreira fue segundo y terminó muy fuerte pero no suficientemente a tiempo. Dentro de las decepciones relativas de la reunión quizás debamos citar las de los caballos de Godolphin, que no ganaron ninguna de las 8 carreras para pura sangres de la reunión. Se puede hablar de decepción porque los Godolphin venían, como suele ser habitual, de hacer un magnífico Carnival. Los pupilos de Charly Appleby habían ganado en las enero y febrero 15 carreras, incluyendo algunas de las principales preparatorias, y los de Saeed Bin Suroor, 7. Siskani en la Gold Cup, Al Suhail en el Al Quoz esprint y Nations Pride en la Dubai Turf fueron batidos en mano a manos en la recta o en los metros finales, mientras que otros, como Rebel’s Romance (último ganador de la Breeders’ Cup Turf) nunca llegaron a figurar. La relativa decepción de los Godolphin contrasta con la presencia de magníficos competidores japoneses en casi todas las pruebas. El año pasado dieron ya una cierta campanada, ganado 4 carreras. Este año han ganado solamente tres, pero entre ellas están las dos más importantes. Y quizás aún más relevante, no solo ganaron la DWC, sino que 8 de los 15 participantes en la gran carrera eran japoneses. Son cifras que hablan por sí solas y que ponen de relieve la preeminencia cada vez más clara que Japón está consolidando en las grandes reuniones internacionales
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