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viernes 29 marzo 2024



- 12/12/22
El Japonés WIN MARILYN se impuso en el Hong Kong VASE
El Fabre Botanik, segundo, fue el mejor de los europeos en este meeting

por Ramiro Cibrián

Les confieso que me da un poco de pereza nostálgica escribir esta última crónica del año dedicada, porque es lo que toca, a la reunión internacional de Hong Kong, que se celebró este pasado domingo. Lo relaciono, por lo menos en parte, al hecho poco afortunado de haber estado de joven dos o tres veces en esa interesantísima ciudad, y de no haber ido ni una sola vez a alguno de sus hipódromos. Hoy en día lo veo como un fallo imperdonable. La explicación es que eran otros tiempos y yo estaba entonces muy centrado en el trabajo. Todas las cortas visitas a Hong Kong lo fueron siempre por motivos de trabajo. Debía viajar a diversos países del Lejano Oriente y Australia y el trabajo no dejaba mucho tiempo para otras cosas. Era además una época, los ochenta del siglo pasado, en la que aún no había empezado a frecuentar los grandes hipódromos. En resumen: que lo que sé de las carreras en Hong Kong, como quizás también algunos de ustedes, se lo debo a haber leído a Fernando Savater, sobre todo, a haber leído el correspondiente capítulo de “A caballo entre milenios”, incluyendo el extraordinario dato de que durante la época de la colonia británica el Jockey Club era, entre otras razones por el enorme volumen de juego que controlaba, la entidad más poderosa e influyente en la vida social y política de la ciudad. A lo que puedo añadir anecdóticamente que, también por razones de trabajo, pude tratar personalmente en alguna ocasión a Chris Patten, el último gobernador británico (y posterior chancellor de Oxford), y que Amazing Red, ganador de la Copa de Oro de 2019 montado por José Luis Martínez, era propiedad de Ronald Joseph Arculli, presidente entre 2002 y 2006 del citado Jockey Club.

  • Todo esto es una introducción para decirles que las carreras internacionales, o sea, el Vase (sobre 2400 metros), la Copa (sobre 2000), la Milla y el Esprint (sobre 1200) ya tuvieron lugar y que los escasos y relativamente modestos participantes europeos tuvieron, como se esperaba, una participación más bien discreta. Incluyendo en el prestigioso Vase, una carrera que celebraba su vigésimo novena edición y en la que caballos entrenados en Europa se habían impuesto en veinte de las ediciones antes celebradas. Quizás por eso, la participación europea estaba este año muy concentrada en esta carrera: su partant reunió a cinco de los seis caballos europeos que hicieron el viaje, y a cinco de los diez que entraron en los cajones del Vase. Digo a cinco de los que entraron, pero solo a cuatro de los que salieron, porque el alemán Mendocino (Adlerflug, 42/1) rechazó categóricamente salir del suyo cuando se abrió, y se perdió del todo la carrera. De los cuatro europeos que salieron, el que mejor quedó fue Botanik (Golden Horn, 79/10). Es un caballo de Godolphin entrenado en Chantilly por André Fabre, que venía de correr mal en el Prix Dollar de la reunión del Arco pero que, muy bien llevado en la recta final por William Buick, obtuvo un meritorio segundo puesto. Pareció incluso a cien metros del poste que podría ganar, pero en ese momento surgió por fuera con remate aún más fuerte el japonés Win Marilyn (Scren Hero, con madre por Fusaichi Pegasus, 50/9) y el asunto quedó resuelto. El vencedor estuvo también muy bien montado por el australiano afincado en Japón Damian Lane, que ganaba así esta carrera por primera vez. Les había dicho en la previa que a Botanik seguramente le llevaría Mickael Barzalona, que es quien monta normalmente a los caballos de Godolphin entrenados por André Fabre. Y así debería de haber sido, pero al parecer Barzalona tenía Covid, lo que provocó su sustitución por William Buick, que como saben, es el primer jinete de los caballos de Godolphin que entrena Charlie Appleby en Inglaterra y está haciendo la temporada de invierno en el vecino Japón.

  • Tercero del Vase fue el segundo favorito y siete años japonés Glory Vase (Deep Impact, 27/10), montado por Joao Moreira. Moreira es, junto con el autraliano Zac Purton (del que luego hablaremos), una de las grandes figuras de la silla durante la temporada regular de Hong Kong. Siempre montado por Moreira, Glory Vase ya había ganado esta prueba en 2019 y 2021. Como la experiencia en el Arco de la inolvidable Enable nos recuerda, las triples victorias en una gran prueba no son nada fáciles y Glory Vase tampoco pudo lograrla. Era seguramente su carrera de despedida y se despidió muy dignamente. El cuarto clasificado fue, curiosamente, el incursor chileno Panfield (Looking At Lucky, 57/1), que estaba bastante abandonado en apuestas. Y detrás de él llegaron el O’Brien Stone Age (Galileo, 6/5F) que salió de cajones favorito y defraudó un tanto, y el francés Bubble Gift (Nathaniel, 14/1) que había corrido mal en el Arco y volvió a hacerlo mal aquí. A excepción de Botanik, al que se le puede dar un notable alto, los demás europeos corrieron discretamente, entre regular y mal.

  • El que también corrió mal, sin paliativos, en la Copa fue el O’Brien Order of Australia (Australia, 58/1) que con Ryan Moore en la silla quedó penúltimo de 12, sin poder figurar en ningún momento o, dicho de otro modo, sin poder seguir en ningún momento el ritmo de los mejores. La Copa, comparativamente, se ha dado a los europeos bastante peor que el Vase (desde 1988 la han ganado solo en 7 ocasiones, la última en 2010, gracias a Snow Fairy, Ed Dunlop y Ryan Moore), y este año no fue ninguna excepción. El ganador fue el local -y favorito “odds on”- Romantic Warrior (Acclamation, 17/20) quien, bien montado por el neo-zelandés James McDonald, se impuso con autoridad a un cortejo en cierta medida internacional, en el que estuvo como segundo el japonés Danon The Kid (Just The Way, 14/1), tercero fue el local de origen neo-zelandés Money Catcher (Ferlax, 43/1), cuarto el también local pero de origen australiano Tourbillon Diamond (Olympic Glory, 33/1), y quinto, el ex O’Brien, ahora hong-kongés, Russian Emperor (Galileo, 25/1).

  • Aunque Ryan Moore no estuvo bien ni en el Vase ni en la Copa, ganó el Esprint, que era uno de los cuatro G1 de la reunión, y además ganó otra carrera de acompañamiento, con lo que hizo doblete. El Esprint lo ganó con el local de origen australiano Wellington (All Too Hard, 63/20), caballo entrenado por Richard Gibson, que es un inglés que empezó entrenando en Francia en 1999. Y no sin éxito, pues su potranca Lady Of Chad ganó ese mismo año el Marcel Boussac, pero al que debíamos sobre todo recordar por el trotamundos de Javier Martínez Salmeán Doctor Dino, con el que ganó dos veces el Vase, además del G1 Man O’War Stakes en Belmont. En la temporada 2011/12 se trasladó a Hong Kong, en donde continúa su carrera.

  • Ryan Moore no fue, sin embargo, el jockey más exitoso de la reunión. Ese lugar estuvo reservado para Zac Purton, que se impuso en tres de las diez pruebas, incluyendo contra pronóstico en la Milla, el otro G1 que queda por comentar. En ella salía como gran favorito el crack local Golden Sixty (Medaglia d'Oro, 1/2F), que iba montado por el para mi desconocido C Y Ho. Viendo la carrera, se nota que Golden Sixty remata en tromba, fortísimo, y está a punto de alcanzar antes de la meta a California Spangle (Starspangledbanner, 11/5), que era el segundo favorito y el caballo que llevaba Purton. Este midió mejor, y en una recta que no es demasiado larga, tomó la cabeza a 150 metros del poste con la suficiente ventaja como para resistir por un cuello el ataque final del favorito. Fue la sorpresa más importante de la reunión, pero una de las que confirman que un gran jockey puede a veces hacer la diferencia.

  • Les decía que la recta de Sha Tin, que así se llama el gran hipódromo de Hong Kong en el que se corren estas carreras, no es demasiado larga. De hecho, es un hipódromo muy bonito, con palos a la derecha, como en San Sebastián, y un enorme caudal de agua - mucho mayor que la del Oria- detrás de la recta de enfrente. Al igual que los hipódromos artificiales americanos, es muy regular, con dos grandes curvas y una recta final más bien corta, de no mucho más de 400 metros. Les cuento esto porque como en los hipódromos americanos, los cajones de salida tienen su importancia, al igual que un buen posicionamiento en la cabeza o cerca de ella al entrar en la recta final. Estas cosas, que son bastante evidentes para un observador atento, se las sabía algo mejor Zac Purton y de ahí, y de su energía empujando en los metros finales a un caballo que posiblemente no era tan bueno como Golden Sixty, su triunfo.

  • Con esto termino las crónicas de 2022. Si todo va bien, volveré el año que viene con la reunión de la Saudi Cup de febrero y con la para mí ya casi tradicional Dubai World Cup del último sábado de marzo. Que este año, para mayor aliciente, caerá dentro del santo mes del Ramadán, con lo que el habitual ascetismo de los asistentes a Meydan, ya de por sí importante, es posible que se acreciente. En todo caso, seguro que viendo las carreras en las pistas seguiremos disfrutando como siempre, incluso antes de que se ponga el sol. Que ustedes tengan unas muy Felices Fiestas y un magnífico Año Nuevo.

    Video de la carrera










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