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Nueva Zelanda - 26/01/04
La WELLINGTON CUP para CLUDEN CREEK
El ganador, que venía de convencer en su anterior triunfo, aquí se encontró una pista totalmente de su gusto
Más noticias relacionadas con esta carrera Por CFGD La otra carrera de Grupo 1 que se celebraba el pasado sábado en el hipódromo de Trentham, Nueva Zelanda, era la Wellington Cup, sobre las dos millas que por estas latitudes caracterizan todas las “cups”. En carrera que se presentaba de antemano muy abierta, el triunfo correspondería a CLUDEN CREEK que superaba por medio cuerpo a BEL AIR, con EBONY HONOR en tercer lugar, a cuatro cuerpos. La meteorología reinante en la zona durante la última semana y la consiguiente incidencia que había tenido sobre la pista del hipódromo de Trentham habían sido el tema de comentario de la generalidad de los medios especializados del lugar, quedando los verdaderos protagonistas del evento –los caballos- en un segundo plano. De las lluvias furibundas con que se iniciaba la semana -que convertían la pista en un lodazal y que habían sido la causa directa de que los bookies fulminaran las cotizaciones de algunos de los participantes con papel para llevar la bandera del favoritismo- se pasaba a un cambio radical en el pronóstico meteorológico que, al decir de los observadores más cercanos, sirvió para secar la pista meteórica y milagrosamente. Así, el sábado, se iniciaba el día de carreras en Trentham con la calificación oficial del terreno como “de bueno a blando”, una calificación que, en la práctica, no traducía con exactitud las condiciones reales de la pista. Por más que dar tanta trascendencia al estado del terreno pueda parecer un discurso sin contenido, en la actividad turfística llega a ser un factor de mayor importancia a veces que la forma o la aptitud para la distancia de un caballo, incidiendo de forma definitiva en sus performances. Justo lo que ocurría en la Wellington Cup objeto de este comentario, en la que el barro puso plomo en las patas de los que mejor opción tenían –poco entusiastas de una pista en esas condiciones- e implantó alas en otros que, en circunstancias normales, habrían logrado a lo sumo una colocación. De entrada, seis de los participantes –entre los que, sorpresivamente, no estaba GALWAY LASS- eran retirados antes de darse la salida, quedando el lote reducido a diez y ocho partants. CLUDEN CREEK, muy bien llevado por su jockey, Andrew Calder, marchaba bien colocado durante la primera parte del recorrido, alcanzando la segunda posición a falta de 1400 metros para, ya en la recta definitiva, comenzar una dura lucha con BEL AIR que en los últimos 200 metros le opuso una correosa resistencia pero al que consiguió doblegar por medio cuerpo en el mismo poste. En otra carrera, la batalla por la tercera plaza se hacía cruenta, con cinco caballos en liza que terminaban en un pañuelo, siendo el eterno colocado en las dos millas, EBORY HONOR, el que la obtenía, mientras HAIL llegaba cuarto, a corta cabeza, CABELLA quinta, a la misma distancia y THE MIGHTY LIONS y SENSUOUS tras ella muy cerca. Pese a su relativa inexperiencia, CLUDEN CREEK ya se había destapado en su salida anterior, la Marton Cup, donde vencía y convencía. Pero lo que sin duda le ha ayudado a obtener este triunfo ha sido su perfecta adaptación al terreno, en el que se ha desenvuelto a la perfección, sin que su victoria haya representado sorpresa alguna en lo que a las apuestas concierne -11 a uno- ya que su cotización sufría una espectacular bajada poco tiempo antes de celebrarse la prueba, debido justamente al estado real de la pista. Lograba así este castrado la sexta victoria en las veintidós salidas de que se compone su historial. También claramente feliz con el terreno era el segundo, BEL AIR que, pese a luchar cuerpo a cuerpo con el ganador durante toda la recta y dar la impresión de que sería el triunfador, se negaba a entregarse por completo, ratificando una voluntad más que dudosa, mientras que, lejos de los dos primeros, EBORY HONOR lograba la sexta colocación de su historial en carreras de 3200 metros celebradas en Nueva Zelanda. El resultado de esta Wellington Cup –tanto en lo que hace referencia a los primeros como a los últimos- está siendo la causa de que los entendidos pongan en tela de juicio la calidad intrínseca de esta edición de la prueba. Todos están convencidos de que, muy concretamente, la actuación de GALWAY LASS –que en ningún momento estuvo en carrera y terminaba última- nada tenía que ver con la realidad, achacando exclusivamente al estado del terreno tan nefasta performance. Lo que sí extraña a propios y extraños es que su entrenador, Paul O´Sullivan, que esperó hasta el último momento para reservarse el derecho de retirar a su pupila en el caso de que las condiciones no fueran las idóneas, no lo hiciera. Del comportamiento de la yegua durante toda la carrera es fácil deducir que se equivocó y que lo más prudente, a la hora de analizar futuros compromisos, va a ser olvidar esta actuación. Cojamos pues con pinzas esta carrera hasta que el tiempo nos de la clave de su autenticidad. Para acceder a todas las direcciones relacionadas con las carreras más importantes de la semana, pulsar aquí
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