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jueves 28 marzo 2024



GB - 15/01/03
El Discurso del Jeque
El máximo representante de la familia Maktoum advierte a las autoridades turfísticas británicas sobre la imperiosa urgencia de aumentar las dotaciones de las carreras y aboga por un más justo reparto a los menos favorecidos.

Por CFGD

Cinco años han transcurrido desde que un potro propiedad de los MaktoumSHEIKH MOHAMMED AL MAKTOUMSHEIKH MOHAMMED AL MAKTOUM- 70- 283- 64- 132- 834.650- 596.050- 1.430.700

inscribiera su nombre en el G2 Gimcrack Stakes que tiene lugar cada Agosto en York. La victoria en dicha prueba otorga un premio adicional al propietario del ganador, consistente en la celebración de una cena a final del año, cena en la que se pronuncian los discursos de rigor, este año a cargo de Lord Hartington, John Francome e Ian Balding, recayendo en el propietario del potro ganador el honor de pronunciar el discurso principal. Aunque COUNTRY REEL es propiedad del Sheikh Maktoum, ganaba el Gimcrack 2002 con los colores de Godolphin por lo que sobre el Sheikh Mohammed recaía la elaboración de un texto que leería Michael Osborne al término de la cena. Un texto de enorme importancia y segura repercusión en el turf británico que comentaremos a seguido.

  • Hace prácticamente un cuarto de Siglo –año más, año menos- que la familia Maktoum –familia gobernante y/o reinante en un pequeño Emirato llamado Dubai- hacía su incursión en el turf británico. La aparición de dinero fresco en ingentes cantidades llegaba a tiempo, revitalizando el mercado del purasangre, el laboral especializado y el meramente deportivo, encorsetados entonces por una tradición que no sólo era férrea en lo que a las condiciones de competición se refiere, sino también en cuanto al inmovilismo institucional y a la miseria de las dotaciones poco acordes con el paso de los años, al tiempo que las fortunas de los bookies se multiplicaban sin freno. Las excelentes carreras británicas permanecían como en los tiempos en que la aristocracia tenía el mando del dinero, sin reparar en que las grandes fortunas “Tituladas” se habían disuelto como azucarillos en el agua, conservando –eso sí- empaque, señorío y enormes extensiones de tierras hipotecadas, pero escasos billetes de curso legal. La llegada pues de dinero árabe fue –no creo exagerar demasiado- la salvación del turf británico en todos sus estamentos.

  • Con ocasión de la victoria en el Gimcrack de 1997, el Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum -uno de los Príncipes de la familia Maktoum, Ministro de Defensa de Dubai y cabeza visible de un clan que inundaba Inglaterra con sus excelentes caballos- pronunciaba el pertinente discurso que, entre los estáticos dirigentes británicos, era tomado como una amenaza. En aquella ocasión, el Jeque (para acortar el tratamiento y entendernos) mostraba su preocupación por el estado en que se encontraban las carreras inglesas, haciendo hincapié en aquellos puntos que consideraba más urgentes de abordar y advirtiendo –que no amenazando- que, de no modificarse el sistema financiero existente -según el cual el Gobierno aplicaba enormes impuestos a la actividad turfística, mientras que los ingresos derivados de las apuestas eran muy modestos y las ganancias de los bookmakers meteóricas-, la participación de su familia en las carreras inglesas de forma continuada no podría garantizarse. Los ingleses tienen muchos defectos pero, entre ellos, no está incluida la estupidez y el discurso del Jeque no caería en saco roto; y así, hace más o menos un año, gracias a los esfuerzos de Peter Savill y del BHB, el Gobierno creaba un Impuesto sobre las Apuestas pagadero por los bookmakers en atención a sus ingentes ganancias. Y créanme que de titánicos podrían calificarse esos esfuerzos, pues a la lucha con la clase política se sumaba la entablada ante el brutal poder económico de los bookmakers que defendían su preponderante posición con todos los medios a su alcance, regulares o no.

  • Con estos antecedentes abordaba el Jeque su discurso de 2002, comenzando por asegurar que, aunque el turf británico había mejorado en estos cinco años, no lo había hecho en la medida que sería deseable por lo que –de nuevo- se veía obligado a hacer hincapié en aquellos aspectos de la actividad que estaban muy lejos del ideal, algo que haría no tanto para provecho de su familia que –se deduce entre líneas- no lo necesita, sino en favor de los propietarios en general, así como de esos miles de personas cuyo medio de vida depende de las carreras. (Lo mismito que pensaba el anterior titular del Hipódromo de La Zarzuela...).

  • Los Maktoum tienen pagado el recibo de la luz hasta el fin de sus días y pueden permitirse la mayor –en cantidad y calidad- cabaña de pura sangres del mundo, sin que altere su bolsa correr en Inglaterra o en la China, si preciso fuera. Pero la solidaridad que ha caracterizado al Jeque durante todos estos años con los más desfavorecidos –con relación a él, casi todos- es el principal argumento que le otorgaba título suficiente para enumerar los aspectos negativos del turf británico sobre los que habría que tomar urgentes medidas. Aclaraba que si su familia no se había retirado de la escena inglesa en tanto que propietarios y criadores, tal y como advirtiera cinco años atrás, no era sinónimo de que estuvieran felices y contentos con la situación actual del turf británico, aunque reconocía que los esfuerzos realizados por Savill y el BHB eran encomiables, logrando como máximo hito la redistribución de los ingresos por apuestas, mediante la aprobación de una Ley en el Parlamento.

  • Sin embargo, las mayores sumas dedicadas ahora a las carreras se pagan directamente a los hipódromos en una proporción muy significativa, sin que esa bonanza económica haya tenido el pertinente reflejo en las dotaciones de las carreras, única vía de mejora para propietarios y gente que trabaja día a día con el caballo. Se ha pasado de que Gobierno y bookmakers obtuvieran enormes beneficios de las carreras a que sean los hipódromos los que se adjudiquen la parte del león, sin que el enorme incremento de los ingresos se traduzca en mayor riqueza a distribuir entre los protagonistas máximos del deporte. Y eso debe corregirse con urgencia. Aún comprendiendo que las compañías explotadoras de los hipódromos tienen derecho a recuperar sus inversiones y a hacer rentable su riesgo, no pueden apoderarse para su exclusivo beneficio de todo el incremento financiero experimentado que - como se deduce del espíritu de la Ley y del más elemental sentido de la justicia- debe aplicarse a mejorar a todos los que, de una u otra manera, se dedican al turf.

  • El Jeque denuncia así la actitud de algunos hipódromos. Una actitud que le obliga a pensar que pretenden seguir su camino aisladamente, sin colaborar con otros estamentos, algo que terminaría por producir un daño irreversible en las carreras inglesas. Hay que olvidar la confrontación y promover la cooperación entre todos los implicados en el deporte, con objeto de mejorar la industria de las carreras en su conjunto. Es precisa buena voluntad e inteligencia para olvidar viejas rencillas y enfrentamientos de clases, alcanzando la necesaria armonía y consenso entre todos los protagonistas cuanto antes mejor. Y, como antaño, el Jeque “advierte” que si algunos hipódromos escogen la confrontación en lugar de la cooperación, la familia Maktoum se sentirá en libertad de unirse a otros propietarios para actuar. “Espero que no sea necesario llegar a ello”, es frase que debería encender la luz roja en los aludidos.

  • Se refiere a seguido el Jeque a las dotaciones de las carreras inglesas que siguen siendo “patéticas” por lo escasas, expresando una mezcla de tristeza, frustración e indignación ante aquellos que afirman que el aumento de premios incide exclusivamente en el beneficio de los propietarios, ansiosos de llenar sus bolsillos. “Esto es una total distorsión de la verdad, porque las sumas distribuidas en concepto de premios no sólo pasan a manos de los propietarios, sino que son la caja de la que perciben el pago de su trabajo entrenadores, jockeys y mozos, ajustándose a los mínimos acordados cada año por los colectivos.” Es obvio que las dotaciones económicas de las carreras son la savia misma del turf y que cuanto mayores sean éstas, mejor será para todos y no sólo para los propietarios, sino para miles de personas para quienes el turf es su forma de vida. Afirma el Jeque que los propietarios en Inglaterra pierden cientos de millones de libras cada año al no corresponderse los gastos –cuantiosísimos- con los míseros ingresos de que las actuaciones positivas en las pistas pudieran derivarse. Es tan bajo el porcentaje de los dividendos obtenidos en relación a la inversión que realizan los propietarios que las carreras británicas corren el muy serio peligro de ser relegadas en el ranking internacional. Además, el Jefe de Godolphin advierte que cada año desaparece un número de propietarios que no han sido capaces de soportar las pérdidas, número que, de incrementarse, traería como consecuencia la pérdida o degradación de puestos de trabajo de las clases menos favorecidas.

  • Pero la crítica más dura del Jeque hacía referencia a la situación en que se encuentran los mozos de cuadra, un colectivo vital para el buen manejo de un caballo de carreras, cada vez más escaso por los ridículos salarios que perciben, por la ausencia de mejores perspectivas de futuro y la desprotección social en que se encuentran, sin que ni periódicos, ni cadenas de TV, ni otros medios de comunicación hayan denunciado prioritariamente este estado de cosas. Cierto que la responsabilidad histórica de esta situación es atribuible a la forma de financiación existente antes de la Ley dictada el pasado año, pero ello no exime de que se den los pasos necesarios para enderezar tal situación lo más rápido posible. Tanto los Maktoum como otros propietarios pagan a sus empleados por encima de los ridículos mínimos pactados, única forma de obtener personal de calidad, imprescindible si se quieren tener caballos del más alto nivel. Ha llegado pues el momento de que ésta sea materia prioritaria, de que las autoridades elaboren un plan de acción encaminado a resolver esa insostenible situación. “Lo cierto es que los mal pagados mozos están actualmente subvencionando las carreras inglesas en igual medida que los propietarios. Y eso no sólo es inaceptable, es inmoral”.

  • El representante de los Maktoum mostraba finalmente su pasión por este deporte, una pasión que quisiera compartir con la mayor cantidad posible de habitantes de los cinco continentes y de cuya expansión y popularidad hace filosofía, expresada en la "Operación Godolphin", un proyecto del que se declara satisfecho y que constituye en el momento presente el centro de sus ambiciones turfísticas. Deplora por tanto que en la composición del público que asiste a las carreras británicas “in situ” escaseen los jóvenes y las familias, semilla de la futura afición. Es urgente –en su consideración- poner en marcha un plan ambicioso y coherente de marketing que atraiga nuevas gentes, que enseñe a los más jóvenes lo maravillosa y apasionante que es esta actividad, sirviendo así de soporte a los “turfmen” del Siglo XXI.

  • Terminaba aludiendo el Jeque a sus proyectos personales en el mundo de las carreras, presididos por su deseo de mejorar y consolidar Godolphin como la única cuadra verdaderamente internacional del mundo, para lograr lo cual tratará de ganar los más importantes eventos de cada Continente. Ello hace inevitable que los colores“Azul Real” tengan cada vez menor presencia en los hipódromo ingleses, dada la ambición global de su organización. Concluía con el deseo de que una reseñable mejora del turf británico se haga efectiva por el bien de los que trabajan en las distintas áreas y de los aficionados en general.

  • La reacción de algunos de los aludidos por el Jeque no tardaba en producirse, aunque en direcciones muy distintas, que iban del frío acuse de recibo de la Asociación de Hipódromos ingleses–59 en total- y el anuncio de que le responderían por escrito relatando lo hecho hasta la fecha, hasta el entusiasta acuerdo de la Asociación de Mozos de Cuadra, pasando por la institucional respuesta del BHB que –por boca de su Director Ejecutivo, Greg Nichols- declaraba: “Las carreras inglesas tienen la responsabilidad de prestar especial atención a las palabras del Sheikh Mohammed, que no sólo es un innovador sino también una persona que ha contribuido mucho al desarrollo de nuestro deporte” :











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