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- 20/07/02
PUSHKIN superó este duelo
Gana el MAURICE DE NIEUIL en Maisons Laffitte y se acredita para retos de mayor fuste en el calendario de fondo.
Por César A. Guedeja-Marrón de Onís
En plena canícula parisina, de risa comparada con la de latitudes más al sur, el Prix Maurice de Nieuil se nos ofrece como selección de elementos “viejos”, de todo sexo, acogiendo incluso castrados, en tanto que especialistas fracasados de distancia clásica o bien francamente orientados a las carreras de fondo, muy favorecidas en las últimas temporadas por las autoridades hípicas francesas, con un criterio discutible cuando menos.
En esta línea, el Maurice de Nieuil ha sido modificado en distancia y, así, ha pasado de 2.500 a 2.800 metros, lo que no nos permitirá, de cara al futuro inmediato, establecer comparaciones. Por cierto que es un historial de importancia el que refleja la lista de ganadores. Bastará citar a Condorcet, Riboboy, Perrault, All Along (Arco), Saint Estephe, Vert Amande, Partipral….y Generic el año pasado.
La distancia, al menos en teoría, posibilita un abanico suficiente pero no ocurre en la práctica que un número de participantes sustancial se alinee en los boxes de salida, incluso cuando la carrera se ventilaba sobre 2.500 metros. Siempre es escaso el grupo de aspirantes, casi matemáticamente, año tras año. Hasta el punto de que, con la excepción de la edición del 2001, en las últimas diez no pasó de 6 el campo total Lo que tiene una explicación lógica. Los pocos grandes ejemplares conservados en entrenamiento tras su edad clásica, se reservan para los compromisos de grupo 1, quedando solo aptos, en este momento de la temporada, los que pertenecen auténticamente a la categoría de grupo 2, con alguna intrusión atrevida, y siempre en el entendido de tener aliento de sobra por encima de los 2.400 metros.
La dotación es propia de las que los franceses aplican “generosamente”, como política general, debidamente subvencionada, directamente o no, por el Estado. Cincuenta y cuatro mil euros ganaría el primero en la meta y, con los escalones intermedios de rigor, el quinto se adjudicaba 3. 325. Lo que quiere decir que ningún participante quedaba a cero. Incluso el mero hecho de comparecer, acabando el recorrido, producía ganancia. Las condiciones son muy razonables. 57 kilos a cargar, salvo que se hayan ganado pruebas de grupo tres o dos, 2 kilos y, sí de grupo 1, tres. En el 2002 ninguna ventaja era aplicable.
Cinco partants , pues, entre los que destacaba Polish Summer (Polish Precedent), un GB montado por Peslier, entrenado por Fabre, de la cuadra comparativamente más importante del mundo (Khaled Abdullah) , y presentado sobre una buena actuación en el GP de St. Cloud, grupo 1, donde fue segundo de Ange Gabriel. A nuestro comentario de entonces nos remitimos. Era un “sucio favorito”, a 1,5 por uno en algún momento. Pushkin, un IRE, hijo de Caerleon, presentaba candidatura relativamente sólida, con su reciente victoria en la listed Prix du Carroussel, en Longchamp, tras sus cuitas en pruebas de más fuste. Boeuf, Lellouche y la casaca Wildenstein avalan cualquier aspiración y, por eso, se ofrecía a un 4,9 a 1 más bien cicatero.
Boreas (GB), por su parte, asustaba un poco a los de casa con su buena prestación en la Curragh Cup, grupo 3, detrás de Daliapour, sobre la misma distancia que la competencia del sábado 20. Es un hijo de In the Wings, le montaba según el programa Spencer (sustituido por Také ) y está entrenado por Cumani. Cotizaba a 5 más o menos. Restaban Clety (Sillery), un handicapper francés sin pergaminos suficientes para ganar aquí en el papel pero muy sustentado en apuestas ( a manos de 7), y Miraculous (Linamix), otro majo elemento galo, reciente segundo de una listed en Lyon tras ser batido, en idéntica categoría, por Pushkin. El primero está entrenado por Doumen y el segundo por Prod’homme. Montas respectivas de Thulliez y Pasquier. Cotización de Miraculous: 11 a 1.
La carrera ha sido decente. Al principio, el típico y aburrido paso de carreta de las carreras para stayers se ha impuesto, con el ritmo marcado por Také sobre Boreas, fijado por un vigilante Peslier a sus alcances, sobre Polish Precedent, con Miraculous a seguido, Clety , y Pushkin, practicando su táctica habitual, en carrera de espera, hecho que es un mérito especial, por escaso e insólito, para animales que tienen mucho aliento.
Nada más entrar en la recta, Peslier se va a por el conductor, algo precipitadamente, doblega al de Cumani y parece que tiene carrera en la alforja, ignorando que Pushkin, que tiene la clase precisa, termina muy bien. Que fue la receta que aplicó para acelerar con sencillez, sin castigo y por el exterior, bien dosificado por Boeuf, para aproximarse al presunto ganador, Polish Precedent, y batirle con autoridad. A casi 5 a 1 como remuneración final. Digno tercero es Miraculous y Clety deja el farolillo rojo a Boreas, que no demostró nada estimable.
Pushkin es hijo de Caerleon, lo que implica consistencia. Creo yo que debería optar a las mejores carreras sobre metrajes en torno a los 3.000 metros. E, incluso, algo más. Es un ejemplar más de la, a mi juicio, exitosa temporada de la Cuadra Wildenstein, que –al menos en mi poco fiable recuerdo- solo ha sufrido un revés reseñable con la decepcionante carrera de Aquarelliste en el GP de St. Cloud. Pushkin es serio y fiable, con calidad superior a la media en competiciones de este estilo y le auguro aún buenos resultados, manteniendo ese deporte encantador para el propietario, a saber, permanencia de la forma, mejoría constante, y dinero, siempre dinero. A cada salida.
Las distancias en meta fueron de cuerpo y medio, un cuerpo, tres cuartos, uno y medio. El tiempo, correcto para terreno bueno, fue de 2’ 58”. Nos quedamos en Pushkin y su aceleración, más su promesa de futuro, sin comentar lo que el resto de participantes ofreció, lejos no obstante, del desprecio. Pero a mucha distancia en clase del ganador, por muy digno comportamiento que tuvieran sus adversarios.
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