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Francia - 01/07/02
EXTERMINADOR en Saint Cloud
ANGE GABRIEL gana el Gran Premio, en tanto que Aquarelliste ofrece su peor cara
Previa Gran Premio Por César A. Guedeja-Marrón de Onís
El previsto match entre Aquarelliste (Danehill) y Anabaa Blue (Anabaa), ganadores clásicos del Diane y del Jockey Club del año 2001, respectivamente, no tuvo lugar. Una especie de ola de nervios y misterios, de esos que tan frecuentemente se dan en el turf, barrió la pista del hipódromo del Val d’Or y la sorpresa hizo acto de presencia bajo el nombre de Ange Gabriel (Kaldounevees y Mount Gable por Head for Heights).
Llevada hasta los cajones de salida a mano, con Boeuf sin apoyarse en los estribos, Aquarelliste montó un pequeño número que presagiaba algo extraño porque no es yegua que plantee problemas normalmente, al menos en lo que uno recuerda. El hecho es que hubo de ser acompañada hasta su punto de partida por el compañero de cuadra, el pacemaker Virginian (In the Wings).
Dijimos en su momento que tan solo seis participantes habían aceptado la batalla por los 200.000 euros atribuidos al ganador. Ausencias de los tres años y de los más señeros viejos, señaladamente Sakhee y Grandera (éste, brillante ganador del Prince of Wales St del Royal meeting de Ascot, amante del terreno bueno, como el que hubo el domingo en París) restaban interés a la carrera, sin perjuicio de que el previsto “face á face” de la de Wildenstein y el hijo de Anabaa, rehabilitado en el reciente G. P. de Chantilly, ya fuese plato exquisito en la teoría.
Las apuestas, claro está, estaban a favor de ambos con gran diferencia respecto a los demás concurrentes, con preferencia para la hija de Danehill, a ridículos dividendos, de esos que muchos despreciamos por no compensar ni de lejos el riesgo del dinero invertido para tan escasa ganancia. Ange Gabriel, por ejemplo, pagaba a 15 a 1. Que fue la cotización que percibieron en taquilla los osados que negaron el pan y la sal a los dos favoritos, buscando el tercero en discordia, con permiso del “español” Califet, si se tiene bastante descaro para aplicar ese gentilicio al hijo de Freedom Cry, que de ibero solo tiene la propiedad de la Cuadra S. Marcial, anotada en los programas de nuestros vecinos como de Mme. García González.
La prueba careció de historia, alternativas y “feeling”. De salida, es Ange Gabriel el que se hace con la cabeza “real” de la carrera, tras el leader de Wildenstein, Virginian, a tren regular, con Polish Summer (Polish Precedent), Aquarelliste, Califet y Anabaa Blue. No hay cambio alguno hasta la recta de la verdad, en que, conforme al guión, desaparece el pacemaker y queda en cabeza Ange Gabriel. Jarnet no duda y exige inmediatamente, abriendo un hueco de unos cuatro cuerpos respecto a sus perseguidores, que no consiguen acercarse a duras penas más que a dos en la meta, fotografiándose Aquarelliste, cuya aceleración nada recordó a la que ha sido capaz de proporcionar en todas sus salidas anteriores, y Polish Summer, con ventaja de éste. A unos tres cuerpos llegan, muy próximos entre sí, Califet (que se embolsa 20.000 euros) y Anabaa Blue, cuya cobarde estrategia le dejó muy atrás y sin opción a la victoria.
El ganador pertenece a una simpática cuadra que encarga de la preparación de sus elementos a un entrenador de provincias, Eric Libaud, quien ya hizo escribir sobre su buen trabajo con ocasión de los éxitos del otoño pasado (Opera, grupo 1, y en Dubai) la excelente Terre á Terre, también de la familia Devin y, como Ange Gabriel, hija de Kaldounevees. La monta de Jarnet, impecable.
La prestación de Aquarelliste es susceptible de ser puesta en cuarentena, tanto por sus nervios pre-carrera como porque no da ni de lejos el valor enorme que tiene. No obstante, advertimos ya de la endeblez de las yeguas de cuatro años en adelante durante los tiempos que nos corresponde vivir. Por su parte, Anabaa Blue es un elemento que requiere ir “en el fuego”, fajándose cual duro encajador vasco y. es algo limitado en clase. No creo que el terreno seco sea su preferencia máxima. Califet corre con ya muchas apariciones en el año y, claro, cada vez da menos nivel. O sea, lo contrario del camino recorrido por Ange Gabriel, quien se presentaba por quinta vez ante el público, después de ganar en la reaparición una prueba de condición y colocarse en las tres siguientes, todas de grupo, el Hedouville, el Jean de Chaudenay y el GP. de Chantilly, remontando escalones y forma poco a poco.
En suma, el GP. de St. Cloud defrauda un poco en desarrollo y resultado pero no ha de perderse la perspectiva. Ange Gabriel no es ningún crack, hoy por hoy, pero tampoco un “arriviste”. Hay que esperar su rendimiento futuro. Como la recuperación, tras obligado descanso, de Califet, y un más convincente comportamiento de Anabaa Blue, sin olvidar el excelente valor que da el Abdullah Polish Summer, que debería mejorar mucho aún si su delicadeza lo autoriza.
En todo caso, recuerden, el día que Brasil (otra galaxia, como lo era Butragueño, el Real Madrid de la Copa del Mundo) se proclamaba pentacampeón. Ese dia, un ángel exterminador dejó en la estacada a dos ganadores clásicos en el Gran Premio de St. Cloud. A lo mejor habremos de rememorar la carrera.
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