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jueves 28 marzo 2024



Francia - 20/05/02
SAINT ALARY desconcertante
Incierto Diane para el 9 de junio

Previa Prix Saint Alary 2002

Por César A. Guedeja-Marrón de Onís

  • Decíamos ayer que el Prix Saint Alary 2002 tenía un cariz de desconfianza en la mente de los técnicos porque no hubo el año pasado grandes maravillas entre las hembras de la generación nacida en el 99 y porque, hasta el momento, ninguna de las que hemos visto en pista, ni en el Vanteaux ni en el Penelope, nos ha robado el corazón.

  • Pero la esperanza nunca ha de perderse en los niveles en que nos movemos ya que cualquiera de los orígenes en presencia, con escasísimas excepciones, puede destapar una clase que no se había columbrado antes. El elenco de la carrera tenía dos favoritas teóricas claras, las que habían copado el Vanteaux. A saber, Ana Marie (Anabaa) y Bright Sky (Wolfhound). Otra enemiga de respeto parecía Melody Blue (Poliglote) en razón de lo apuntado el año pasado y de su comportamiento en su única salida del 2002, donde ganó con cierta categoría. De paso diremos que esta candidata está entrenada por Laffon-Parias, en la cresta de la ola cuando esto escribimos, pues su pupilo Keltos (Kendor), sin que ello constituya para mí ninguna sorpresa, ha ganado con autoridad (la que dan tres cuerpos y medio sobre Noverre, el hijo de Rahy), el Lockinge St., grupo 1 sobre la milla, en Newbury.

  • Las apuestas coronaban la máxima posibilidad en las sienes de las dos citadas pero con clara preferencia para la de Wildenstein (terminó a 3,6) a más de la merecedora de un cierto margen de confianza Summertime Legacy (Darshaan), quinta en la carrera de referencia con no muy fácil recorrido (al término del mercado, a 4,7) y Sulk (Selkirk), reciente comparsa en las 1.000 Guineas, a 7,2. Merece la pena destacarse la confianza de los apostadores en Sea of Showers (Seattle Slew) que, sin otro título que una pequeña victoria hace mes y medio, pagaba solo a 7,3. La menos apoyada era Sweet Oona, una hija de Kendor ( 30 a 1).

  • Con terreno oficialmente “bueno” (los franceses lo llaman algo así como “suficientemente blando”, es decir, que está en buenas condiciones por no estar duro y tampoco “très souple”, o sea, muy blando), la salida ve situarse en cabeza a Grey Pearl (Ali Royal) con Melody Blue inmediatamente tras ella, delante de Atlantique (Alzao), en cuadra con Bright Sky. A los 500 metros de carrera, Sulk se sitúa en cuarta posición, dejando a Summertime Legacy en el centro del pelotón, junto a Marotta (Highest Honor) y Mariensky (Gulch), con Bright Sky , Ana Marie y Sweet Ona en posiciones de cola , esperando la paloma. Pero, sin que el ritmo fuera de locos, la cosa no iba de calesa en plaza de toros y, Dettori, jinete de Sulk, intenta que su compañera olvide que el terreno no le conviene, que lo hubiera preferido mucho más blando, y busca la cabeza. Ni a 1.000 metros de la meta le responde la yegua. De modo que, cerca de los setecientos, se ve rebasado por Natasharra (Nashwan) ya sin remedio. Ahí mismo, se desatan las más feroces hostilidades. Es decir, acelera casi todo el mundo, muchas antes de tiempo, y rápidamente se destaca, no sin algún leve bandazo, Marotta, a la que Jarnet no permite distracciones.

  • Intenta irse por ella Summertime Legacy, a palos (muchos), y también pretende aguantar Melody Blue, pronto hundida, aunque el verdadero final apreciable viene de muy lejos: Bright Sky acaba como se espera de ella, también bajo castigo, pero no puede arrimarse más allá de un cuello a la ganadora, Marotta (hija de Mistra por Rainbow Quest), a la que Jarnet, que lograba su cuarto St. Alary, aplicó no menos de 10 fustazos de los fuertes en los últimos 400 metros, tras pegarse a los palos nada más rebasar a la conductora por el centro de la cancha. Invirtió 2’ 03 en los 2.000 metros de la prueba.

  • A dos cuerpos de la de Wildenstein acaba Summertime Legacy con Ana Marie que, a causa de un corte en su acción cuando iba cómoda por los palos, hubo de venir del Infierno, o quizá de más lejos, a hacerse con la cuarta plaza, a otros dos cuerpos, por delante de Mariensky. No lejos de ella termina sexta Sea of Showers. Las demás, tiradas.

  • No es muy prometedor este St. Alary. Cabe curarse en salud y decir que hay que esperar. Pero no parece que la línea vista en Longchamp sea la más sólida para el Diane. En principio, sin que tampoco sea como para declarar festivos sin tino, Turtle Bow, ganadora del Cleopatre del otro dia, parece más consistente como candidata para la gran cita de junio 19. E, incluso, la línea del Penelope puede ser también más de fiar. El tiempo dirá pero yo no me jugaría una mano a que aquí hemos visto ninguna Volvoreta, o en un plano más modesto, ninguna Nadia. Por cierto que ambas yeguas, de tiempos bien recientes, fueron segundas en el Diane.

  • El jinete de la ganadora es Jarnet, un profesional muy serio, menos inspirado (sobre todo a raíz de una caída con secuelas de larga lesión) que Peslier, pero de un valor objetivo muy similar en inteligencia y calidad aunque no en rendimiento. Es de esos jockeys con los que el propietario razonable se queda tranquilo y nunca tiene motivos, al menos muy evidentes, para echar responsabilidades sobre quien monta. Que suele ser lo fácil. Llevó a la torda que le dio la victoria de modo irreprochable, tapada y relajada por los palos hasta el momento de la verdad. Carrera límpida como dicen los franceses.

  • El preparador de Marotta es Gibson, ya ganador en su muy repugnante juventud de una grupo 1, el Boussac. Parece muy competente, carece de incontinencia para sacar a sus pupilos a la vista del público y también se diría que es especialista en las hembras. Lo que, como es sabido, es harto difícil. Y hay que recoger la declaración del entrenador en el sentido de que la compra en subasta de la potranca fue un empeño personal de la propiedad actual.

  • La torda que ha ganado el St. Alary es muy bonita, muy ligera y muy agradecida. De ganar una carrera de nivel “C” a pasar el poste en primer lugar en un grupo 1 va un abismo. Más, como Gibson dijo, la carrera estaba muy abierta y había que intentarlo, por mucho salto que sea pasar de un nivel casi 0 a la cumbre. Claro que hay que decir enseguida que no estamos ante una ganadora de esa artificiosa Triple Corona de hembras que algún inquieto periodista francés pretende sacarse de la manga (la única posible es Poule, Diane, sin ser una clásica pura por la distancia, y Vermeille).Y no será por falta de aliento, no, pues no en vano es nieta de Rainbow Quest. Más bien, es un problema de calidad. Que no es deslumbrante y que sufrirá derrotas. No solo una. Se admiten apuestas.









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