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martes 23 abril 2024


Sadler’s Wells. Foto: EquipoZoom




Irlanda - 15/01/02
El nacimiento de COOLMORE
Criadores españoles en Europa (1ª parte)

Por RGA

  • Como en temporadas pasadas, tras ya varias de silencio impuesto por las aciagas circunstancias que han rodeado al turf español, y en especial a la cría del purasangre, es mi intención retomar aquellos artículos en su día publicados en las páginas del anuario “TURF” que respondían al título de “Españoles en Irlanda”, con el mismo ánimo de entonces, que no es otro que informar sobre la evolución de los criadores españoles que aún mantienen yeguas en Europa y, especialmente, en Gran Bretaña e Irlanda.

  • Ante el actual panorama de desolación, con una cabaña casi inexistente, y sin entrar en las razones y motivos que han llevado a la cría española a este túnel con escasa luz, el hecho de tener un sólo animal es algo que merece la pena alabar, sea o no este del agrado de los aficionados. La afición a la cría del purasangre se mide por el interés y las ganas, por el esfuerzo de cualquiera criador, por pequeño que sea, que en un momento como el actual decide, contra viento y marea, mantener una afición que la mayoría ha preferido olvidar por distintas razones lo que abunda en algunas injusticias que se cometen con quienes a base de esfuerzo aún mantienen yeguas de cría .

  • En una era donde se impone la globalización, en la que vemos como sementales de distintos continentes viajan para hacer doble temporada de cubrición y en la que las distancias y los criterios de la relación espacio-tiempo ha cambiado de forma ostensible, si la meta de la cría en España es llegar a parecerse algún día a la de otros países con tradición consolidada desde hace años y por tanto con más historia turfística que el nuestro, es fundamental animar e incentivar al pequeño criador, a ese que tiene una o dos yeguas y que todos los años las envía a cubrir para tener un potro que algún día, quien sabe, puede ser un campeón.

  • Así pues, en esta era se impone la asunción de riesgos, la colaboración de todas las instancias y el apoyo a cualquier iniciativa que redunde en beneficio de una afición tan desconocida y, desengañémonos, tan poco satisfactoria en algunos aspectos y tan maltratada incluso por los propios aficionados a este “deporte” tan singular como es criar caballos de carreras ya que de otra forma, con críticas feroces y exacerbadas, e intereses partidistas, difícil arreglo y peor futuro tiene nuestra ya de por sí mermada cría e hipódromo.

  • M. Tabor. Foto: Bancroft photograsphy Ejemplos de esta política de incentivos hacia al pequeño criador tenemos infinitos en muchos países, siendo uno de ellos Bachir, un producto de primera fila fruto de una modesta cubrición con una yegua sin un origen de campanillas, por que, nos guste o no, criadores como el Aga Khan, los Hermanos Maktoum, Abdullah, Tabor y Coolmore, Salman, Padua Stable, etc, además de no ser posibles en España en igual número e inversión, no son los que constituyen el grueso ni de un hipódromo ni de una cabaña equina.

  • Desde el último de esos mencionados artículos muchas cosas han cambiado en la cría en España y no todas para bien aunque, sin faltar a la verdad, también ha habido cosas importantes que merece la pena destacar. Los pocos criadores españoles que quedan, por su afición y ganas, han salido de su reducto y se han involucrado más, en algunos casos mucho más aún, adquiriendo yeguas de primera fila o utilizando los servicios de sementales que hace años sería casi impensable, teniendo alguno de ellos su propia yeguada, como ya hiciera Rosales hace años en Irlanda cuando fuera propietario de Milltown, o enviando sus yeguas año tras año a cubrir a Irlanda, Francia o Gran Bretaña sin mas ánimo que criar un buen caballo de carreras, obteniendo en algunos casos resultados tan importantes como Volvoreta, Sil Sila y otros de sobra conocidos para los aficionados.

  • Fruto de ese cambio ha sido la proliferación de criadores, mas o menos importantes, con yeguas estabuladas en establecimientos de Francia, Gran Bretaña o Irlanda sobre los cuales intentaré hacer un somero comentario en sucesivas entregas.

  • De todos es sabido que Irlanda es un ejemplo en cuanto al fomento de la cría a pequeña escala donde junto a monstruos hípicos como Coolmore, Derrinstown, Gilltown, Kildangan y Rathbarry, entre otros, hay una profusión de pequeños criadores que todos los años invierten en la mejora de sus productos gracias a una oferta infinita y casi ilimitada de sementales a precios harto competitivos. Así, desde hace años, este país viene siendo punto de referencia para criadores y propietarios italianos, turcos, alemanes, japoneses, rusos y españoles que eligen el país del trébol tanto para estabular sus yeguas, utilizar los sementales estabulados y para hacer compras en las ventas de yearlings, foals y yeguas de cría en las subastas de Tattersall Irlanda y de Goffs.

  • Actualmente, y en mi opinión, Irlanda es el país de Europa con mayor potencial en sementales gracias a la política gubernamental sobre impuestos y a la expansión del imperio Coolmore, ejemplo este que ha sido seguido por otros importantes establecimientos que han reforzado y potenciado las yeguadas de su propiedad para hacer frente a un mercado cada día mas exigente y riguroso, en dura competencia tanto en cubriciones como en costos de pensiones respecto a su vecino y a Francia, lo que ha conllevado que se ponga a la cabeza de la cría europea.

  • De entre las muchas y buenas yeguadas irlandesas me limitaré a mencionar a aquellas que en los últimos años ha tenido estabulada en sus cuadras alguna yegua de propiedad española para ser cubierta por los sementales que en ellas se encuentran alojados. Así, tendrán cabida en estas páginas yeguadas como Coolmore, Derrinstown, Rathbarry, Kildangan, el Irish National Stud y otras irlandesas que poco a poco iremos viendo.

    Coolmore Stud. Apuntes de la historia

  • Hace poco mas de 25 años Coolmore era un finca con una extensión de poco más de 400 acres en Tipperary, propiedad de la familia Vigors y base de varios sementales con no demasiado éxito, una más de entre las muchas yeguadas irlandesas que buscaban hacerse un hueco en la cría de ese país con el patronazgo y apoyo de criadores locales.

    Coolmore. Foto: EquipoZoom

  • Hoy día, y con el paso de los años, la yeguada irlandesa se ha convertido en un conglomerado de yeguadas con una extensión de 6.000 acres de tierra de primera calidad con base en Fethard, a la que hemos de añadir los más de 850 acres que conforman su división americana, Ashford Farm, en Kentucky, y los más de 8.000 que conforman la yeguada situada en las antípodas que tiene como base Hunter’s Valley en Nueva Gales del Sur.

  • En ese lapso de tiempo se ha pasado de tener un plantel de sementales modesto y mediocre a, en la actualidad, mantener un plantel que cuenta con un total de cincuenta repartidos por todos los puntos del globo. Así, en Irlanda hay un total de 34, 24 de liso y diez de vallas, 17 en USA, y uno alquilado a criadores japoneses, a los que hay que añadir los 16 que conforman la plantilla que hace la monta en el Hemisferio Sur, en Argentina, Australia y Nueva Zelanda.

  • En entre la colección de sementales que hacen la monta en Coolmore y sus satélites están algunos de los mas rentables sementales del momento, unos ya consagrados y otros por demostrar su calidad, aunque todos están apoyados por un excelente despliegue comercial y criadores de todo el mundo usan sus servicios llegando a ser una de las yeguadas más importantes y poderosas del globo, si no la más, por que al nombrar a cualquiera de los sementales de esta yeguada se hace alusión a cualidades innatas en cualquier purasangre; calidad, velocidad, actuaciones y origen. Alguien da más?.

  • Pero hasta llegar a ser lo que es hoy día han tenido que pasar muchos acontecimientos. En el mes de octubre de 1971 Magnier, con la ayuda y apoyo de varios criadores irlandeses se hizo con el semental Green God (Red God), uno de los mejores milleros clásicos de su generación, por 160.000 guineas. Dos días después de la compra, Green God vencía en la Haydock Sprint Cup G1, lo que le valió el reconocimiento como uno de los mejores de la generación y, lo que es más importante, quienes invirtieron en ese buen corredor pronto asumieron que tenían un campeón entre las manos que habia sido adquirido por una bagatela.

  • Por aquella época John Magnier contaba con escasos 23 años de edad y, gracias a su avidez y conocimiento, se habia hecho con el caballo tras conseguir un excelente negocio a costa del multimillonario David Robinson. Ese fue el inicio de lo que hoy es uno de los mayores imperios en la cria de caballos de carreras del mundo, que ha venido a cambiar y transformar el mundo de la cria del purasangre.

  • En esas mismas fechas el ahora director de Coolmore conocía a Robert Sangster y se reunía con él para discutir sobre caballos al tiempo que Nijinsky tomaba rumbo a la yeguada en Claiborne, Kentucky.

  • En aquella ocasión Magnier expuso algo que hoy en día es el “abc” de la cría mundial. Cierto que el hijo de Northern Dancer había sido vendido a USA en más de 5 millones de dólares, suma imposible de conseguir en toda Irlanda para adquirirlo, pero tampoco era menos cierto que si se constituía un sindicato con el caballo y se hacían 40 partes, afirmaba Magnier, cada acción costaría tan solo 55 dólares y con ello un derecho a cubrir con él una yegua todos los años, además, de estar convencido de que la produccion del campeón de Engelhard seguro que obtendría muy buenos resultados en las ventas de yearlings.

  • La compra del hijo de Red God y esta conversación no cayeron en saco roto para el avispado Sangster, un británico multimillonario, heredero del imperio de las apuestas Vernons quien, por aquellas fechas, sponsorizaba la Haydock Sprint Cup que había ganado Green God.

  • Pasados algunos meses de aquella reunión Roberto se hacía con el Derby y, tras la victoria, Sangster hacía una llamada de teléfono a su amigo irlandés con el ánimo de preguntarle, en plan de broma, si ya tenía algún plan para estabular a Roberto en Irlanda. Magnier, en tono serio, contestó que había tres poderosas razones por las cuales no se había interesado por el hijo de Hail to Reason; la primera por que su propietario, un multimillonario americano no se desprendería de su caballo, la segunda por que ya se había anunciado que Roberto iría a Darby Dan, en USA y la tercera, y la más poderosa a decir de Magnier, era que Roberto tenía demasiado carácter el cual transmitiría a su produccion lo que sería un inconveniente para entrenarlos. Sangster enmudeció.

  • El imperio Coolmore nacía en el año 1972 cuando Magnier constituyó un nuevo sindicato con varios criadores y así se hizo con los servicios del buen ganador Deep Diver, adquirido en 400.000 libras a Mr. Robinson, antiguo propietario de Green God, finalizando ese glorioso año con la adquisición a Sir M. Sobell del buen corredor Sun Prince por una suma cercana a las 600.000 libras.

  • Así, a principio de 1973 Magnier se asociaba con Vicent O’Brien, el master de Ballydoyle y más tarde su suegro, y se hacían con el control de un 50% de la yeguada propiedad del ex pupilo Tim Vigors, propietario de Coolmore Stud, quien por aquella época no estaba demasiado interesado en crear una yeguada de las características que Magnier tenía en mente pero, siguiendo los consejos de O’Brien, Vigors daba entrada a un socio, John Magnier, quien se haría cargo de todo. Poco después Sangster se unía al trío e invertía una importante cantidad en la yeguada. Coolmore había nacido.

  • En ese momento los sementales estabulados en la yeguada eran Home Guard, Gala Performance, Thatch, King Emperor, Green God, Deep Diver y el reciente ganador del Arco Rheingold, a quienes poco después se incorporó Sun Prince tras pagar por él 600.0000 libras a Sir M. Sobell..

  • La transformación continuó y Magnier aportó, como cuota extraordinaria, su vasto conocimiento del mercado, su experiencia, su fuerza y, junto a ellas, Grange y Castle Hyde Studs, las dos yeguadas propiedad de su familia, destinadas básicamente a la cría de corredores de vallas donde hacían la monta Deep Run, Kalkhis y Laurence O.

  • Pero el tiempo pasaba y los ganadores con los colores de Sangster se imponían en todos los grandes premios europeos gracias a la tutela de O’Brien pero ninguno de ellos podía ser retenido en la yeguada irlandesa por que, materialmente, no había dinero en Europa para poder pagarlos. Así The Minstrel tomó rumbo a Windfields Farms por la cifra record de 18 millones de dólares y poco antes Alleged, el doble ganador del Arco, tomaba rumbo a Walmac tras alcanzar una transacción que sumó 16 millones de dólares. Mientras, en Coolmore, los resultados no llegaban y, a la prematura muerte de Green God, había que sumar los fiascos de Sun Prince y Deep Diver (exportados al Japón) mientras que la producción de los restantes, a quienes se habían añadido Godswalk, Hount Hagen y Gay Fandango, no hacían nada relevante.

  • En ese momento, y como caído del cielo, hizo su aparición en escena el alazán Be My Guest. Esta ganador de la Waterford Crystal Mile para el banquero suizo propietario de Moyglare, tomaba rumbo a Coolmore donde, en un principio, tuvo una cubrición que no llegaba a las 5.000 guineas. Poco después de su incorporación, por la que se pagó 1.4 millones, Be My Guest se coronaba campeón de sementales en 1982 gracias a las victorias de On The House y Assert (un campeón adquirido de yearling en las ventas del Arco por una fruslería y que poco después se coronó como uno de los mejores tres años de su generación con el permiso de Golden Fleece) lo que contribuyó al renacer de la yeguada.

  • Be My Guest era el primer hijo de Northern Dancer estabulado en Europa y poco después de aquella su primera coronó su canon fue subiendo hasta alcanzar unas increíbles 75.000 guineas, pero aun así los sementales de Coolmore no eran capaces de hace sombra a los monstruos europeos de aquellas época como Habitat, Mill Reef o Troy.

     Be My Guest. Foto: EquipoZoom

  • La mecha había prendido y, junto con el alazán, poco a poco se fueron incorporando nuevos ganadores que ya no tomaban rumbo a USA. Así, a primeros de los ochenta se incorporaban a la yeguada Try My Best, Thatching y el alazán Hello Gorgeous, el único descendiente de Mr. Prospector que ha pisado la yeguada hasta la fecha y que ahora hace la monta en Brasil.

  • Pronto sonaba la alarma de los problemas de fertilidad de Try My Best y en 1981 se añadían a la plantilla el buen corredor King’s Lake y dos hijos del crack Habitat; Dalsaan, un castaño ganador de grupo criado por el Aga Khan y Crofter, una alazán modesto ganador. Estos tres sementales, con el paso de los años tomarían rumbos bien diferentes. Try My Best moría en Japón, Dalsaan era enviado a Italia donde aun hoy día hace la monta y Crofter salía con rumbo a Francia donde nunca hizo nada de mención.

  • En es mismo año 1981, tras el fallido intento de hacerse con los servicios de Shergar, Storm Bird, aún a pesar de su desastrosa campaña clásica, era vendido a USA en 22 millones de dólares con un compromiso de su comprador. Si el segundo pago no se hacia efectivo en el momento determinado, Sangster y sus socios recuperaban el caballo y, además, se harían con el control de la espléndida Ashford Farm.

  • Pagado el primer plazo de 7 millones de dólares, el comprador no hacía frente a los subsiguientes y los socios de Coolmore se hacían con Ashford, la que fuera residencia de El Gran Señor o Storm Bird donde ahora hacen la monta, entre otros, Giant’s Causeway, Lure, Thunder Gulch, Royal Academy, Grand Slam y en el futuro Johannesburgh.

  • En 1980 nacía Caerleon y en 1981 Sadler’s Wells, dos de los puntales básicos de la yeguada irlandesa. En 1983 la cubrición de Be My Guest saltó hasta las 75.000 guineas y el imbatido Golden Fleece iniciaba su corta vida en la yeguada con un canon de 100.000 guineas. Pasaban los años y los sementales de primera calidad se iban incorporando a Coolmore, una yeguada que ya, a esas alturas, se mostraba como la más potente en Irlanda junto con Airlie.

     Sadler’s Wells. Foto: EquipoZoom

  • En el año 1990 en Coolmore las cosas ya no eran como quince años tras, todo había cambiado, y en sus cuadras se albergaban algunos de los mejores corredores europeos puesto que la ambición de los propietarios no tenía límite y ya no solo se incorporaban sementales propiedad de Sangster y de sus socios.

  • En 1990 los responsables de la yeguada se hacían con los servicios de Danehill, adquirían de Rathbarry al buen padrillo Alzao quienes, junto con Don’t Forget Me, High Estate, el gran millero Last Tycoon, con gran indignación de los franceses, Bluebird, Glenstal, Salmon Leap, Entitled, Tate Gallery, Law Society, Vacarme, Waajib, Lomond, Persian Heights, Caerleon, Sadler’s Wells, Thatching, Try My Best y Gallic League conformaban la plantilla de la yeguada en aquel año.

    Danehill. Foto: EquipoZoom

  • Pero el paso de los años ha pasado factura y a estas alturas del siglo XXI los propietarios de la macro yeguada irlandesa han cambiado sustancialmente. Con O’Brien ya retirado y Sangster en sus horas menos brillantes, estos han sido sustituidos por Magnier quien, listo como pocos, ha sabido rodearse de nombres millonarios entre los que brilla con luz propia el de otro magnate de las apuestas, Michael Tabor quien ha apoyado al criador irlandés en su obsesión por dominar el mercado gracias a su determinación, ambición, visión de futuro y, lo que es tan importante como el resto, agallas.

  • Desde aquella primera adquisición de Green God, el primer semental destinado al liso que hizo la monta en las instalaciones propiedad de J. Magnier al que más tarde siguió Sun Prince, hasta la actualidad de los Sadler’s Wells, Danehill, Galileo, Giant’s Causeway, Montjeu y demás estrellas de Coolmore han pasado muchos años y muchas vicisitudes durante los mismos, aunque ahora lo que más nos interesa es el monstruo irlandés y su conexión con la cría de caballos de carreras en España.

  • Situada en el sur del país, en el Condado de Fethard, Coolmore es, sin lugar a dudas, la yeguada más importante del país, acogiendo entre ella y en sus satélites, hasta un total de 26 sementales todos con buenas credenciales en la pista, excelente origen y físicos importantes. Los sementales que constan bajo el genérico nombre de Coolmore están estabulados en esta y en sus dos satélites Kilsheelan y Castlehyde, amen de disponer de otros establecimientos destinados a foals, yeguas de cría, etc.

    Coolmore. Foto: EquipoZoom

  • En la actualidad, en las cuadras de esta yeguada están o han estado estabulados nombres de gran importancia en la cría europea como son Caerleon, Sadlers Wells, Peintre Celebre, Fairy King, Golden Fleece o Ahonoora entre otros, además de un sin fin de sementales bien conocidos en España por haber tenido algún producto en entrenamiento en nuestras pistas como fueron King’s Lake, Last Tycoon, Salmon Leap, Gorytus, Law Society, High Estate, Scenic, Tate Gallery, Don’t Forget Me, Tirol, College Chapel y tantos otros, unos muertos y otros exportados a distintos puntos del globo, que tienen un vínculo común; haber pasado por las cuadras del gigante irlandés de la cría.









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