Por CFGD
Aborrecemos hacer leña del árbol caído y mucho más si está en el piso por razones de enfermedad o de reiteradas tragedias personales. Por eso ahora, tras disputarse el Musidora Stakes este miércoles en el hipódromo de York y que fuera una pupila de Cecil, PASSAGE OF TIME, la que pasara la meta la primera, gritamos un “Todos con Cecil” al que cabría añadir “buena suerte para el Oaks”, ya sea con la de Abdulla, ya con la de Niarchos, dos propietarios que nunca abandonaron al gran Maestro, lenta y jubilosamente de regreso por sus fueros.
No era el Musidora la carrera que cualquiera imaginaba porque la favorita PASSAGE OF TIME se encontraba con una mosca pertinaz en una SWEET LILLY muy mejorada y a gusto con el agua caída, que ponía en aprietos a la hija de Dansili con tendencia a pararse cuando ya cree el deber cumplido, al punto de que Hughes hubo de sacar la fusta y recordarle que debía ganar. Lo definitivo es que ni el bultito en la glotis, ni el principio de celo en que la sabíamos inmersa, ni el recargo de peso que, como ganadora de G1, regalaba a las demás, ni el miserable paso de la carrera, ni la –creemos que para ella- corta distancia, impedirían una victoria que ahora muchos juzgan con lupa, decepcionados porque la yegua no hiciera un alarde excepcional y sacara a la siguiente una recta. A nuestro juicio, el tren de carrera –más propio de un hipódromo francés- no podía sino perjudicar a una potra que tiene una notable punta de velocidad, que reaparece y que –conociendo el percal- está siendo específicamente preparada para el Oaks, no para esta preparatoria que, sin embargo, queda obligada a ganar. Como así hizo, colocando la octava muesca del Musidora en el historial de Henry Cecil. Y los que ven fantasmas por doquier, pues que los vean. Esperemos a Epsom y ojalá el Maestro haga la gemela, por el orden que sea. ¡Faltaría más!
Carrerón de una SWEET LILLY no obstante muy limitada –no irá a Epsom porque requiere obligadamente agua y porque la distancia puede ser excesiva- que marcaría con fuerza a la ganadora en todo el final, siempre con su cola fustigando el aire, característica que en este caso parece no indicar exceso de temperamento sino una simple costumbre, una manía. Y en el lado negativo, decepcionante actuación de una SHORTHAND de la que se esperaba más pero que se mostraba en exceso caliente antes de la salida.
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