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Francia - 04/10/05
EL HURACÁN FALLON
Por CFGD El irlandés Kieren Fallon, uno de los mejores jockeys del mundo, no había ganado aún –a sus 40 primaveras- el Arco de Triunfo. La tarde del domingo 2 de octubre del año en curso no se le estaba dando mal, pues había cosechado sendos consecutivos triunfos en las dos pruebas magnas dedicadas a los dos años estando a punto de un hat-trick histórico al quedar segundo del Opera. El Cielo parecía atento a lo que en Longchamp sucedía porque, cuando los partants del Arco estaban introduciéndose en los cajones, el viento se aceleró y los negros nubarrones que amenazaban durante toda la tarde se abrieron, expulsando su contenido acuífero sobre los caballos con urgencia tal que, en unos segundos, se empapaban las chaquetillas de los jockeys y se daba la salida bajo un chaparrón de importancia que dificultaba incluso la visibilidad a través de las cámaras encargadas de retransmitir el evento a mil millones de personas. Sólo faltaba el huracán para completar el apocalíptico cuadro, pero no tardaría en llegar.
Conducido el pelotón a un tren muy vivo por los dos pacemakers encargados de endurecer el paso –el de Wildenstein y el del Aga Khan-, veíamos en posiciones de vanguardia a WESTERNER, CHERRY MIX, SHAWANDA y MOTIVATOR mientras que HURRICANE RUN galopaba en retaguardia, a la vera de PRIDE, SAMANDO y BAGO. Tras alguna que otra interferencia en la última curva –en las que PRIDE y SAMANDO sufrían la peor parte-, preparándose unos y otros para una mejor colocación desde la que plantear en los metros decisivos un asalto a las primeras plazas, entran en la recta con SHAWANDA atacando delante y HURRICANE RUN –encerrado en la parte interior de la pista pero aún sin pegarse a los palos- y BAGO –por fuera-, ocupando la retaguardia. Una de las claves de lo que sucedería posteriormente estuvo en que, incomprensiblemente, SHAWANDA se separaba de los palos, se abría y perdía gas, dejando el camino expedito para un MOTIVATOR que venía a por todas, con WESTERNER marcándole, inclemente, mientras Fallon helaba la médula espinal tanto a los partidarios como al entorno entero del de Tabor, permaneciendo encerrado en un anodino tercer plano. MOTIVATOR trata de despegar y, en el esfuerzo, abandona el abrigo de los palos, calle de oro por la que se cuela, a la velocidad del rayo, el HURACÁN Fallon que deja parado a MOTIVATOR –que ya estaba dando señales de agotamiento- y a un WESTERNER sobre el que Peslier, a la chita callando, pensaba sorprender a todo bicho viviente. Viajando desde los últimos lugares, por todo el exterior, un muy serio BAGO realiza su mejor carrera del año, al tiempo que el SEÑOR Fabre mete en cuarto lugar a SCHIROCCO, su otra baza.
Gran carrera, marcada por lo que es la esencia de esta actividad: la seriedad. La selección que se realiza sobre una milla y media con un ritmo duro y sostenido es la determinante de la continuidad y el vigor de la raza. Muy penoso es para los gabachos que, para ver una carrera de verdad, como ésta, sea preciso o que haya extranjeros o que en el lote alguien necesite un paso en condiciones, un paso que daría la victoria al mejor, sin más matizaciones: a Un HURRICANE RUN que, de no ser por la desaparición de Lagardère, habría ganado el Arco como Ribot, invicto, porque en la cabeza gascona nunca habría cabido un Derby de 2100 metros, disparatada, majadera y aberrante decisión del nuevo equipo directivo del turf francés, nunca bastante criticada.
No descubriremos a Fallon a estas alturas pero sí conviene decir que hizo lo necesario para que el hijo de Montjeu desplegara sus virtudes con efectividad. Podía haber sacado a su montura por fuera que, con su extraordinaria punta de velocidad, habría estado capacitada para ganar, aún regalando metros, pero se habría expuesto a que el animal –aún bisoño- le hiciera una de sus lindezas y ello le costara la carrera. El irlandés utilizó la inteligencia y, con nervios de acero, escogió el camino más corto y más favorable pues al estar los palos en cero –es decir, la pista lo más ancha posible- la parte interior del trazado había demostrado en carreras anteriores ser una vía directa al triunfo.
Y, si de impresionantes se pueden calificar al caballo y al caballero, ¿de qué vocablos habremos de echar mano para adjetivar a Fabre? Maestro entre los maestros, el imperturbable abogado, ex jockey de vallas, ex “guardia” (así se llamaba en otro tiempo a los gentleman de la Fegentri) y actual practicante del polo, el individuo hierático y seco que tiene castigados a perpetuidad a los medios audiovisuales de su tierra y que se deshace en amabilidad con los de la Pérfida, el hombre de helada mirada cabeza de lista de los preparadores galos desde hace casi dos décadas, ensillaba su sexto ganador del Arco. ¿Para qué buscar más palabras?
Y pues la cosa va de alabanzas, sin que de precedente sirva digamos que la decisión de Tabor and Co. de dejar en entrenamiento a HURRICANE RUN a sus cuatro años, no puede sino aplaudirse, por más que no opinen igual los que tengan caballos de élite para el año próximo pues se habrán de enfrentar a un HURACÁN presumiblemente más cuajado y peligroso.
La presencia de un stayer como es WESTERNER, en un segundo puesto de privilegio no creemos que deba implicar –como se temía nuestro amigo el matemático- que el lote no valía nada. Recordemos que ha habido fondistas de clase que disputaban el Arco y lo ganaban –casos de Levmoss o de Gold River- y otros –Ardross- que terminaban también segundos. WESTERNER es un excelente caballo con el que su propietario estaba empeñado en demostrar que era capaz de ganar a la crema de la distancia clásica y de esa forma revalorizarlo como semental, que aquí el que no corre, vuela. Para llegar al deseado objetivo, Lellouche –que no es ningún manta- se afanó especialmente, preparándole con el objetivo de estar en la llegada, faena que culminaría el siempre inteligente Peslier en una monta antológica.
Excelente también un BAGO que mostraba su consistencia y cuya presencia en las pistas este año hay que agradecer a los Niarchos, aunque no se hayan visto acompañados por la fortuna en el intento. Podría correr la Breeders. La actuación de SCHIROCCO cabe enmarcarla dentro de la genialidad de su preparador que, con sólo una carrera en el cuerpo por el espacio de un año, aprovecha lo poco blando que estaba el terreno para ocupar una destacada cuarta plaza.
Máximos parabienes para terminar al Gestut Ammerland, yeguada propiedad de Dietrich von Boetticher, el criador alemán responsable de la existencia de HURRICANE RUN que cedía a la –probablemente- suma millonario de Tabor, una vez concluido el Jockey Club y cuyo rostro era el domingo símbolo de la satisfacción. Crónica PREVIA de esta carrera
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