Por CFGD Mucha sería la tinta a emplear para describir con la amplitud y justicia que merece la aparición en el mundo de las carreras de caballos de la familia Maktoum, capitaneada por el que coloquialmente, Dettori llama “el Boss”, el Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, ese hombre de mirada profunda y espesa barba que ha aupado al primer lugar mundial la cuadra de carreras familiar, conocida como Godolphin. El Jeque es el artífice del impulso que ha adquirido Dubai en los últimos años, no sólo en el terreno turfístico, sino en otras múltiples parcelas de la vida económica y social que han convertido ese pequeño territorio –poblado otrora por pescadores nómadas- en un lugar paradisíaco dónde tienen lugar un buen número de eventos internacionales deportivos, culturales y lúdicos y dónde la calidad de vida supera los niveles habituales en un escenario cercano al de las Mil y Una Noches que merece ser divulgado con mayor amplitud, algo que nos comprometemos a ofrecer al lector en posteriores comentarios.
Pero atendiendo a lo que es nuestra materia, el turf, digamos que desde que en 1996 se celebrara la primera Dubai World Cup (la carrera mejor dotada del mundo) hasta ahora, las carreras en Dubai han ido progresivamente aumentando tanto en calidad como en cantidad, llegando en este año de gracia de 2005 que acaba de iniciar su andadura a la celebración de un programa de once días de carreras –el Carnaval de Dubai- que comienza este 20 de enero para culminar el 26 de marzo –día de la World Cup-, en lo que van a ser dos meses de temporada invernal soleada que servirá de aperitivo de lujo para la temporada lisa 2005. Con excepción del día en que se corre la prueba cumbre, a la que acompañan otras pruebas de Grupo 1, el Carnaval no reúne pruebas de la máxima categoría pero sí algunas de G2, G3 y Listed, amén de ofrecer una gran cantidad de hándicaps a caballos que no han podido ganarse su pienso en similares eventos durante la temporada inglesa, irlandesa o francesa, todos ellos dotados -$110.000- con más generosidad que la que ofrecen en sus países de origen.
Y no son sólo las dotaciones las que incitan a los entrenadores europeos a aventurarse en este mundo nuevo, sino las facilidades que la organización del Carnaval les ofrece: un caballo que corra dos veces en el carnaval tendrá pagado transporte y estabulación, mientras que un preparador que lleve un caballo recibirá un billete gratuito para su traslado personal o dos si son dos los animales que desplaza. Todos son pues ventajas. No es extraño así que se congregue en el lugar un número cada vez mayor de profesionales llegados de cualquier parte del mundo en el carnaval más variopinto internacionalmente hablando que pueda darse.
Y todo ello sin apuestas in situ, que lo prohíbe su religión, aspecto que no se contempla en el resto del mundo ya que prácticamente cualquier compañía de bookies inglesa admite apuestas sobre todas las pruebas que tengan lugar en Dubai. Y, para mayor incentivo, tanto Racing UK como At The Races retransmiten las carreras en directo. ¿Se puede pedir más en este invierno gélido europeo?
