Organizado por el Levin Racing Club, se va a celebrar este jueves en el hipódromo de Otaki, Nueva Zelanda, el Grupo 1 Bayer Classic, una prueba para tres años que se disputa sobre 1600 metros y está dotada con $NZ 200.000. En los ambientes turfísticos neocelandeses, no se ha hablado de otra cosa a lo largo de la semana que del probable enfrentamiento en este Grupo 1 de los recientemente laureados de las 1000 y 2000 Guineas, celebradas en Riccarton Park: TAATLETAIL y KING´S CHAPEL. Pero habrá que esperar a la misma mañana de la carrera para saber si este esperado duelo se va a producir o no, ya que una eventual lluvia sería causa suficiente como para que KING´S CHAPEL no fuera de la partida. Tanto TAATLETAIL –que continúa imbatida-, como KING´S CHAPEL, han demostrado su supremacía frente a los de su respectivo sexo, una supremacía que en los dos casos ha dado lugar a que sus victorias se hayan corrido de muy parecida manera: con un paso lento y un sprint limitado a los últimos metros. Ambos han exhibido una más que notable velocidad, pero también han hecho gala de una excesiva comodidad, que ha dado como resultado que sus respectivas Guineas no puedan encuadrarse como carreras verdaderamente selectivas, como Grupos 1 en sentido estricto. De ninguno de los dos puede deducirse a ciencia cierta la capacidad para hacer los 1600 metros en serio, al no haber sido puestos aún a prueba por elementos de mayor calidad. La incógnita pues reside, por una parte, en cuál de los dos va a imponerse y, por otra, si uno u otro van a tener una respuesta contundente frente a una oposición presumiblemente más seria. Se espera que tanto el potro como la potra, se apresuren a salir como flechas de sus cajones (poco favorables) para, cruzándose al lote, tomar la cabeza y, una vez en punta, echar el freno, hasta que no se enfilen los últimos 400 metros de la carrera, momento de hacer uso de su eléctrica punta de velocidad. Esa es la teoría. Pero el lote está compuesto de catorce individuos -seis de los cuales son hembras, cinco castrados tres machos- y es de suponer que, entre los doce restantes, haya alguno que impida ese planteamiento.