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jueves 28 marzo 2024



Argemtina - 22/11/03
“Sres. pasajeros...”
El turf argentino en franca recuperación

Por Gonzalo Valcarlos

No se confunda, no vengo a venderles nada –una utopía en la era de la globalización-, aunque usted estará pensando “el” porqué llamé a esta crónica con el título “Sres. pasajeros...” ¿?

  • Imagino un viaje relámpago por este rico deporte que es el turf y, en lo que a mí país corresponde, debo confesarles que hay mucho por contar en mi vuelta a “Masdehipodromo.com”.

  • En Argentina hubo cambios significativos en el orden social. Aunque el “modelo” planteado por las nuevas autoridades gubernamentales es, hasta hoy, totalmente opuesto a las “ejecuciones” del pasado, todavía falta mucho en este lado del planeta para que de una vez y para siempre nos pongamos de pié.

  • La actividad turfística nacional también fue concordante con los nuevos cambios y de un tiempo a esta parte la situación retomó un hábito de “normalidad” que por lo menos hace vislumbrar un futuro mejor.

  • Los tres hipódromos más importantes del país, San Isidro, Palermo y La Plata, reciben mensualmente un ingreso extra llamado “Fondo de Reparación Histórica del Turf”, que consiste en un dinero proveniente de las ganancias de las máquinas tragamonedas o slots, esparcidas por todo el territorio en bingos, casinos, etc., y que debe servir a la actividad turfística en mejoras de todo tipo (premios, infraestructura, renovación en el orden comunicacional, etc.).

    La ley

    Están a la firma de las autoridades correspondientes los permisos para que San Isidro y La Plata, también puedan instalar en sus predios, las máquinas tragamonedas, situación en la que Palermo llevó la delantera, por ser de jurisdicción nacional y ante un pedido de “quiebra” de la empresa concesionaria, que puso al borde de la “muerte” al tan “viejo” y querido hipódromo de la Capital Federal.

  • La ley en cuestión no solo incluye lo mencionado arriba, sino que promulga, además, una serie de puntos con el solo objetivo de salvaguardar una actividad que otorga trabajo, directo e indirecto, a miles y miles de personas, pero no es reconocida como tal, por aquellos dirigentes “de turno”, que además de no saber absolutamente nada de caballos, sirven en la función pública para crear problemas en vez de soluciones.

  • Afortunadamente, hoy nos encontramos en instancias muy distintas a la de años anteriores. El gobierno nacional, como los provinciales, han entendido que el turf necesita una renovación urgente y a ello apunta esta ley, que, en lo personal creo no equivocarme cuando digo que está consensuada por todos los organismos intervinientes de la actividad (gremios, hipódromos, asociaciones de profesionales, veterinarios, etc.) y que será, en términos legales, el camino definitivo a una pronta solución.

    Los que estuvieron, pero ya no “están...”

    Muchos caballos argentinos fueron vendidos al exterior, motivo que estuvo emparentado con una situación ventajosa en el tipo de cambio y la necesidad de ingresar dinero fresco en algunas caballerizas “grandes”, sobre todo en la temporada pasada, donde la diferencia entre “dólar-peso”, era fluctuante todos los días y no como ahora, que si bien el peso argentino está devaluado, conserva cierta uniformidad que permite proyectar con algo más de sustento.

  • Alguna vez escuché decir a un propietario importante de nuestro país: “que buen negocio la venta para afuera, porque aquí compras en pesos y luego vendes en dólares...”, claro, si en aquel momento la relación era 4 a 1.

  • En fin, muchos buenos caballos dejaron territorio argentino para afincarse en otras latitudes, y ello, resultó para algunos, un negocio “redondo”.

    El presente

    Hoy se vive una situación más estable, aunque todavía persistan los reclamos. El movimiento productivo nacional, parece estar poniéndose de pié. El turf también hace lo propio y se aguarda para el 2004, un año con muchas mejoras, en todo sentido. Las más importantes, por ejemplo: medidas en cuanto a la suba de premios, renovación del parque caballar, una agenda clásica acorde con las exigencias del deporte y no como se vino haciendo durante muchos años, dirimiendo los clásicos más importantes de la temporada en el término de un mes.

  • De cualquier modo, todo está encaminado para resolverlo de una vez y para siempre. La decisión política, claro está, debe ser tomada con el rigor que ello implica, y no debe dudarse un instante sobre las disposiciones a tomar, porque ello entonces iría en desmedro de todo lo dicho y el efecto “cascada” produciría la caída de un hipódromo. Lo que abriría un ambiente de conflicto con los costos sociales que ello demande.

  • Percibo que no está en la cabeza de nadie, tanto sea del sector gerencial de los hipódromos, como en aquellos hombres de la función pública, la idea de no dar rápida solución a los temas planteados.

  • Al menos, es lo que se aprecia desde “afuera”. Mucha voluntad de ambos lados, para poner al turf argentino en el lugar que le corresponde. Con los mejores del mundo...










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