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viernes 29 marzo 2024


Leopoldo Michelena. Foto: Jesús de Miguel




- 22/05/03
Charlamos con Leopoldo Michelena (Cuadra San Marcial)
“Pensar en comprarme un yearling de sementales tipo Sadler´s Wells o Danzig creo que es salirse de madre.”

Por Jesús de Miguel

  • Cada temporada una nueva remesa de yearlings comprados en las subastas inglesas, francesas e irlandesas desembarcan en los centros de entrenamiento españoles. En concreto a Lasarte llegan sobre todo caballos franceses que aportan la aptitud administrativa para ser competitivos tanto en San Sebastián como en el sudoeste. Y como ya ocurriera recientemente con “Suances”, los preparadores españoles han de recibirlos absolutamente desposeídos de prejuicios porque en cualquier camioneta que arribe al recinto donostiarra puede llegar uno de los principales potros o potras de la Europa continental.

    Califet en el paddock. Foto: Jesús de Miguel

  • Esto ocurrió en 1999, cuando terminó el viaje que llevó desde su natal Bretaña hasta el sur de los Pirineos a un macho castaño hijo de Freedom Cry y Sally´s Room (por Kendor). Fue en el Hipódromo de La Zarzuela, activo actualmente como centro de entrenamiento, donde entraba en el primer establo de su vida de carreras Califet, posteriormente uno de los mejores caballos que corrieron en toda Europa en la temporada 2002. Nos hemos reunido con el propietario de la cuadra San Marcial, Leopoldo Michelena, para que nos comente cómo ha vivido una experiencia tan inaudita para una cuadra española.

    J.M.: La culminación de todo el año ha sido por supuesto que Califet fuera cuarto en todo un Arco del Triunfo así que empieza contándonos como ha sido esa experiencia.

    L.M.: La experiencia de tener un caballo corriendo en el Arco, lo mismo que dije en la interviú que me hicieron en Equidia, es una experiencia tranquila si no llevas un caballo favorito y es una experiencia muy nerviosa para los que han tenido un caballo favorito. Nosotros como íbamos con la intención de hacer un buen papel sin más pretensiones fuimos muy tranquilos y después nos quedamos muy sorprendidos de forma tan agradable. Mi familia, que fue conmigo, lo pasó muy bien y disfrutamos de un día y de un resultado extraordinario.

    J.M.: ¿Cuántas veces habías pensado, con la almohada o en una subasta, que estarías en ese sitio?

    L.M.: Pues yo no lo pensé nunca porque las veces que he ido me parecía verdaderamente un sueño inalcanzable dado el nivel de calidad de los caballos y el marco en el cual se desarrolla la carrera. Y después, cuando ya se estaba aproximando la fecha, yo ciertamente no le animé al entrenador, a Cherel, a que corriera porque pensé que el caballo no tenía el nivel suficiente para competir de forma decorosa. Cherel ha creído mucho en el caballo pero para mi gusto ha corrido hasta demasiado. Como él mismo reconoció, después de haber corrido el Gran Premio de Deauville, siete días más tarde corrió en Alemania, en Baden-Baden, una carrera en la que el caballo demostró que estaba cansado. Al cabo de un mes, escaso, presentarse en el Arco era realmente una aventura para mí excesivamente pretenciosa. Yo le decía a Cherel, con el cual tengo mucha amistad, en un francés de andar por casa, que era una pretensión exagerada. Él creyó mucho en el caballo, lo presentó y el hecho de hacerlo para él ya era un éxito; aunque siempre me transmitió que esperaba llegar dentro de los cinco primeros. De modo que no tengo que decirle nada en contra de sus pretensiones y de su profesionalidad.

    Otra imagen de Califet. Foto: Jesús de Miguel

    J.M.: Cherel es un entrenador que tiene caballos sobre todo de otras razas, de salto, de obstáculos, entonces yo creo que quizá por primera vez ha tenido un caballo de nivel. No crees que tal vez un entrenador acostumbrado a grandes caballos hubiera tenido otro tipo de paciencia, y él durante todo el año, sin saber que se pudiera llegar al Arco, más que tenerlo como objetivo ha podido querer amortizar un poco para una vez que tenía un buen caballo, intentar ir a por ese tipo de éxitos que otros ya tienen y él no, como ir a ganar un Grupo I o ir a ganar un dinero para estabilizarse, algo lógico, ¿no?

    L.M.: Es posible. Tan es así que algunos entrenadores con los que tengo mucha relación, como Carlos Laffón, siempre ha criticado la política de Cherel de correr tantas veces el caballo. Cherel tiene una profesionalidad que está muy orientada, como sabemos, y muy formada en el gremio del obstáculo, y en el obstáculo tienen por norma que un caballo que esté en forma corre. Quizá en liso corren muchas menos veces y mantienen el caballo mucho menos tiempo en forma. Yo le doy un gran mérito a Cherel, haber conseguido que el caballo esté en forma desde el primero de octubre del 2001, que es cuando corrió su primera carrera después de la operación que le hicieron en la rodilla. Corrió la primera carrera en un pueblecito que llaman Segre; me mandaron unas fotografías con el mensaje de “ha ganado Califet y ya está curado”. Desde entonces no ha parado de correr hasta el Arco y con una frecuencia tan grande como que después del premio de Deauville, como decía, al cabo de una semana corrió en Baden-Baden, con lo que supone viaje, aclimatación y descanso. Y eso que había sido en una de las últimas carreras del año 2001 cuando corrió la carrera que más nos dio idea de su calidad que fue un premio de Lyon-Parilly; corrió contra tres caballos ingleses que venían ganando todas las Listed que se celebraban en las capitales francesas, lo tenían tan bien organizado que las ganaban todas, la última fue el Gran Premio de Nantes. Se llevaban el dinero, lo repartían entre los tres y llegaron a Lyon-Parilly y cuando parecía que dos de ellos iban a hacer primero y segundo llegó Califet y les batió. Fue una gran sorpresa para los ingleses, que decían “¿de dónde ha salido éste que nos ha batido?”. A partir de ahí empezó a hacer sus carreras, ganó dos grupos y yo diría hasta con la mala suerte de que nunca ha corrido en su terreno. Mejor dicho, corrió una vez con Thulliez una carrera “A” en Saint-Cloud, salió en la curva y dejó a todo el mundo tirado a ocho cuerpos. También entonces dijeron “¿quién es este?”. Era un terreno embarrado. Y yo creo que hemos tenido la mala suerte, entre comillas, de que no ha corrido ningún Gran Premio con terreno embarrado, incluido el Arco, porque un caballo como él que es esencialmente barrero hubiera hecho mejor papel todavía con terreno embarrado. Y hace unos días nos decía nuestro jockey Pascal Marsac que si la carrera del Arco se hubiera corrido diez días más tarde cuando ya las lluvias de otoño habían llegado, nuestro caballo no se sabe lo que hubiera hecho pero probablemente un mejor resultado que el que tuvo. El mérito de ese caballo es que, aparte de la clase –que seguramente no sea óptima-, lo que tiene es una dureza extraordinaria y un corazón muy grande: siempre da lo que tiene. Ese es el gran mérito de ese caballo que no se puede decir que sea un crack pero sí es un caballo con una voluntad de hierro.

    J.M.: Es un caballo que haciendo un poco el repaso de su historial no hace toda su carrera en Francia sino que la empieza en España. Cuéntame un poco la parte española de Califet.

    L.M.: La parte española fue que aquí en Madrid, en un invierno que fue francamente bueno, aunque frío, se domó, y cuando estaba en condiciones de correr fue a San Sebastián. En San Sebastián corrió una carrera, de pequeño calibre podemos decir, pero hubo un gran aficionado de San Sebastián que después de la carrera, en la que hizo tercero, me dijo “éste va a ser un gran caballo, porque hoy ha sido el mejor del grupo”; corrían Axon y Somo, que hicieron primero y segundo; tercero fue Califet, que llegó a la meta jugando como un niño. Fue a Francia, corrió en Mont-de-Marsan y ganó, fácil, y Miguel Alonso lo llevó a una Listed en Nantes. Allí estaba Cherel, que además de entrenar a mis caballos en Francia era el que lo había comprado. Vio al caballo y dijo que como él también era entrenador que se lo quería llevar a Maisons-Laffitte. Después de hacer segundo en la Listed de Nantes lo llevó a Maisons-Laffitte y al cabo de un mes dijo que había que operarlo porque tenía una punta de hueso que se le había roto en la rodilla. Tuvo el mérito de acertar en la decisión porque si no nunca hubiera sido un caballo bueno. Estuvo seis meses parado, y al cabo de seis meses corrió esa pequeña carrera de Segre. Pero primero hizo sus pinitos en San Sebastián.

    J.M.: Y antes quiero entender que fue domado en Madrid y sus primeros cánteres los hizo en La Zarzuela.

    L.M.: Los primeros cánteres los hizo en La Zarzuela y de los caballos que mandó Cherel desde Francia, que eran cuatro, había dos que destacaron: uno era Califet y otro era Karnak d´Avelot, que fueron los dos comprados en la misma finca, no digo en la misma yeguada porque no llega a ser una yeguada; es una finca de un criador de cochinos en Bretaña, y Cherel, que va mirando por todos los alrededores lo que encuentra de bueno, quiso comprar a Karnak d´Avelot y el aldeano, que no se puede llamar de otra manera, que lo crió dijo que no le entregaba a Karnak d´Avelot si al mismo tiempo no se llevaba a Califet. Entonces Cherel dijo que si no había más remedio se lo llevaba a Califet. Y así fue una compra de lo más extraña. Es un caso muy parecido a lo que me suelen comentar algunos amigos que tienen conocimiento de las carreras en Estados Unidos: uno de los mejores caballos de todos los tiempos en ese país, Man O´War, fue criado en una gasolinera en Oklahoma, ¿lo sabías?

    J.M.: No, no lo sabía.

    L.M.: Pues un señor tenía una gasolinera, tenía una pradera de mala muerte –perdón por la expresión- detrás de la gasolinera, tenía una yegua y la llenó de un semental que le pareció y salió Man O´War.

    J.M.: ¿Sin embargo Karnak d´Avelot no salió tan bueno como esperaba Cherel?

    No, Karnak d´Avelot es un hijo de Double Bed, ha ganado dos carreras en San Sebastián, no es capaz de saltar una silla porque es un "matao" saltando. Cherel que lo tenía allí en Maisons-Laffitte enseñándole a saltar nos lo devolvió diciendo “a ver qué haceis con esto que no me vale”. Ganó aquí dos carreras pero dos carreras de pequeño calibre, en contra de lo que pudiera parecer porque era el caballo que Cherel tuvo intención de comprar.

    J.M.: O sea que entonces Califet pasó de las manos de Miguel Alonso -que es un ganador, luego distanciado, pero un ganador de la Copa de Oro de Ascot con Royal Gait- a Cherel. Es decir, Miguel Alonso se estará tirando de los pelos de no haberle mantenido él.

    L.M.: Lo que pasa es que Cherel como tenía mucho ascendiente sobre el caballo dijo que él también era entrenador y que lo quería entrenar. Fue él quien lo había comprado, el que lo trajo aquí y Miguel Alonso me dijo que entregarle el caballo a Cherel no era una decisión acertada porque la preparación de liso era totalmente distinta a la de obstáculos. Sin duda tenía razón, pero la profesionalidad y el talento de un entrenador se ve que se puede demostrar tanto en liso como en obstáculos. Entonces hoy es el día en que yo tengo una gran confianza en Cherel porque a pesar de que su lema como buen saltador de vallas es que cuando un caballo está en forma tiene que correr, ha mantenido a Califet en forma durante más de un año.

    J.M.: Bueno, y luego tuviste en ese mismo año, después de lo del Arco, otra de las experiencias que a muchos propietarios les gustaría tener, que es que venga el Sheik Mohammed con la chequera a hacerte una oferta por tu caballo, que es una experiencia muy agradable por dos cosas: una porque hace una inversión buena, paga alto, y entonces tú puedes divertirte luego en las subastas comprando un caballo bueno, y otra segunda porque ellos compran muy bien y ojean muy bien a los caballos y eso significa que tu caballo es un caballo de calidad y que a los cinco años se espera que sea tan bueno como a los cuatro.

    L.M.: No obstante ellos cometieron un error, que me lo han revelado, y es que cuando el caballo ganó la carrera de Lyon-Parilly quisieron comprarlo: ofrecieron un precio que nos pareció razonable, mandaron a dos veterinarios, le hicieron unas cuantas radiografías de la rodilla y dijeron que el caballo era inservible. Bueno, a pesar de eso nosotros seguimos corriendo con él. Al cabo del tiempo, después del Arco, los responsables de Godolphin les dijeron a los veterinarios que a ver si se dedicaban a otra cosa, porque para hacer diagnósticos del caballo no servían. Entonces la señorita O´Connor, que es la que representa a Godolphin en el tema de los caballos, nos vino a ver y nos ofreció un dinero. Cherel les dijo que el propietario no se conformaba con el dinero y así nos entrevistamos en el hipódromo de Deauville. Ella tenía plenos poderes. Y nada, estuvimos media hora hablando del mar y de los peces y al cabo de media hora dijo “tendremos que hablar de Califet”. Y yo le dije en el humor éste hispánico: “No me pague usted demasiado porque no me va a dar tiempo a gastar su dinero”. Entonces la irlandesa me dijo: “Nadie me ha dicho todavía esto en una negociación”. Llegamos a un acuerdo en muy poco tiempo, se llevaron al caballo, los mozos de la cuadra derramaron unas cuantas lágrimas pero el caballo se fue. De modo que esa es la historia de nuestro Califet. Y menos mal que lo compró Godolphin porque si no a estas horas se habría corrido otro par de carreras.

    J.M.: Supongo que ya te has gastado una parte de la venta en las subastas del otoño.

    L.M.: Todavía no porque en otoño cuando compré los yearlings que compré allí todavía no se había cerrado la operación de Califet. Además yo voy a seguir si Dios quiere la misma política que sigo hasta ahora, tener en Maisons-Laffitte media docena de caballos con Cherel, 8 ó 10 con Borrego en San Sebastián y si la pista de San Sebastián es tan buena como parece que va a ser mantener el mismo número de caballos con un poco más de calidad, pero tampoco voy a hacer dispendios, porque el dinero que me han pagado no me saca ni de pobre ni de rico.

    J.M.: ¿Pero sí que puede darte para hacer un gasto extra en un caballo concreto, en un Danehill, en un Sadler´s Wells, un caballo así que suelen estar para propietarios más por encima ya que tienes ese dinero extra? L.M.: Bueno, Sadler´s Wells me parece una exageración pero no sé, pues, sementales... yo doy mucha más importancia a la calidad de la madre que a la calidad del semental. Estamos buscando a la hora de comprar un caballo de buena alzada, de buena constitución, sobre todo de buenas madres. El semental puede ser relativamente bueno, tipo Bluebird, tipo Inchinor, Priolo... pero cuando sales a sementales tipo Sadler´s Wells o Danzig o algo parecido pues ya te sales de madre. Yo la táctica que llevo es comprar cuatro yearlings todos los años eliminando anteriormente otros cuatro. Entonces se renueva de forma que si se tiene una ilusión y ganas pues cambias los cuatro que se van por cuatro mejores y si no mantienes un nivel. Nunca he destacado por tener una cuadra excesivamente ni grande ni buena. Yo he destacado por tener suerte.

    J.M.: ¿Y comprar ahora que se está recuperando la cría española? ¿Crees que puedes apoyar tú comprando caballos españoles?

    L.M.: J.M.: Vamos a hablar ya un poco de la parte española. Vamos a pasarnos a tu cuadra de José Manuel Borrego ahora. ¿Cómo tienes la cuadra de cara al 2003, cómo está en este momento?

    L.M.: En este momento tengo dos caballos que tienen cuatro años, uno de los cuáles fue una gran decepción porque era un caballo muy bueno pero que ha tenido problemas, se llama Al Rheffic, que era un caballo millero, hizo segundo a la edad de dos años y después a la edad de tres años no ha hecho nada por problemas de hueso de menudillo; y está Al Crafty, que es un caballo de buen porvenir porque ya ganó dos carreras, un caballo clásico, de 2.400. La pretensión es correr la Copa de Oro en alguna ocasión con ese caballo. Luego tengo cinco caballos que han entrado en tres años comprados en Deauville el año pasado entre los cuales hay un Loup Solitaire, hay un Desert King, hay un Broadway Flyer, que no son grandes sementales pero son caballos de tipo clásico, porque creo que hay menos competencia en el sudoeste en la distancia clásica que en los milleros o rápidos. Como además las carreras clásicas son de más renombre, como la Copa de Oro, no hablo ya del Arco, porque ahí no puedo ya ni mirar, pero la distancia clásica parece la más conveniente. Menos una potra que tengo criada por mí, hija de Sabrehill, los demás son caballos que van a hacer la distancia clásica. Y luego tengo cinco caballos de dos años que puede que haya un par de ellos que puedan ser precoces. Los demás van a ser caballos de distancia clásica.

    J.M.: Los caballos que tienes de dos años, ¿Cuál de ellos tienen más expectativas?

    L.M.: Tengo un Septieme Ciel muy bueno, con muy buena madre, tengo un Bluebird también con muy buena madre. Tengo cinco, y de los cinco hay dos, el Sabrehill y el Septieme Ciel que pueden ser precoces. Los demás, Bluebird y compañía, son caballos que tienen que correr a final de sus dos años o a principios de sus tres. Creo que tengo paciencia para no exigir demasiado al preparador. Creo que el preparador se siente cómodo conmigo en ese sentido aunque puede que esté nervioso porque todavía no ha obtenido grandes resultados.

    J.M.: Es sabido que el nombre de todos tus caballos empiecza por “Al” o por “Fon”. Cuéntanos eso.

    L.M.: Pues empezaron por “Fon” cuando yo tenía una yeguada que criaba en los altos de la Babia en una finca que se llamaba “La Fonfría” y para distinguirlos se llamaban “Fon”. No obtuve grandes resultados pero algo sí: Fon Melody fue uno de los buenos. Y ahora como he tenido esa yeguada en Salamanca en un pueblo que se llama Aldehuela de la Bóveda, les pongo “Al” para distinguirlos, para que yo mismo los pueda distinguir.

    J.M.: ¿Sigues criando en alguno de los dos sitios?

    L.M.: No. No tengo más que una yegua, que se llama Al Shareef, que la tiene Cherel, que es una yegua que viene de la familia de Al Melody y éstas, que tenían una madre, In Motion, bastante buena, y he guardado esa yegua que es pequeña pero que tenía mucha clase y que ahora me ha dado un producto de Sabrehill, que es precoz, y tengo otro hijo de Freedom Cry, que en honor de Califet le he puesto de nombre Al Califa. Al Shareef es hija de Al Persian. Ahora está llena de Commands [hijo australiano de Danehill que hace la monta en Francia, Haras du Quesnay, N.del R.].

    Para terminar nuestra charla lo lógico es que hubiéramos deseado mucha suerte a Leopoldo y en ese sentido ya que nos encontramos con él en calidad de propietario le desearíamos que un caballo suyo llegue a lo más alto, pero en este caso, ¡¡¿es que se puede llevar más lejos a un caballo comprado para correr en España y el sudoeste?!! Pero si algo se puede aprender de la aventura que ha vivido la cuadra San Marcial con Califet es que el gremio de propietarios no puede tener ningún prejuicio a la hora de llevar a sus caballos por Europa así que no lo tendremos nosotros y deseamos a Leopoldo Michelena que pronto tenga a otro producto en los cajones de salida de Longchamp un primer domingo de octubre.










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